Miles de soldados podrí­an quedarse después de 2011


Estados Unidos probablemente mantendrá a miles de soldados en Irak después de 2011 con el fin de controlar las tensiones religiosas y apoyar a un Ejército iraquí­ todaví­a endeble, opinaron diferentes analistas.


El 31 de agosto, el presidente estadounidense, Barack Obama, marcó oficialmente el fin de la misión de combate de las tropas de su paí­s en Irak. Los 50.000 soldados todaví­a en el lugar tienen, en principio, asignadas tareas de apoyo y de ayuda a sus pares iraquí­es.

El último soldado estadounidense tendrá que dejar el suelo iraquí­ a fines del año próximo.

Pero las autoridades del Pentágono estiman que las tropas estadounidenses deberán quedarse más allá de esa fecha.

Las fuerzas iraquí­es siguen siendo, de hecho, muy dependientes de la logí­stica que el Ejército estadounidense pone a su disposición y del asesoramiento que recibe del mismo.

Luego llega el miedo de que resurjan viejos conflictos interrelogiosos.

«La prioridad está menos en enseñar (a los soldados iraquí­es) a usar armas que asegurar una presencia tranquilizadora para evitar tensiones entre grupos étnicos y religiosos», explica Stephen Biddle, del Council on Foreign Relations, un grupo de reflexión.

Finalmente, pese a una clara reducción de la violencia desde el pico observado en 2007, Irak sigue siendo escenario de atentados diarios. La rama iraquí­ de Al Qaida reinvidicó el ataque contra un complejo militar en el centro de Bagdad el pasado domingo, que dejó 12 muertos.

Si el Pentágono decide seguir atribuyendo a sus soldados un papel de asesores técnicos, unos 10.000 agentes seguirán siendo necesarios, estiman ex oficiales.

«Pienso que incluso con menos de 10.000 serí­a factible», estima John Ballard, oficial retirado y profesor en la Universidad Nacional de Defensa.

Por el momento, la Casa Blanca prefiere atenerse a su plan inicial. Anthony Blinken, consejero en seguridad del vicepresidente, Joe Biden, estima que sólo «unas decenas o unos centenares» de soldados estadounidenses podrí­an permanecer en el lugar después de 2011.

Sin embargo, en Bagdad, estas declaraciones no se condicen con los deseos del jefe de estado mayor. En agosto, el general Babaker Zebari habí­a declarado a la AFP: «Si me pregunta sobre la retirada, responderé a los polí­ticos que el Ejército estadounidense debe permanecer hasta que el Ejército iraquí­ esté listo, en 2020».

Según Richard Haas, diplomático en tiempos de la presidencia de George W. Bush (2000-2008), es muy probable que los «dirigentes iraquí­es pidan que decenas de miles de soldados estadounidenses se queden más tiempo».

En este caso, el papel de Estados Unidos podrí­a consistir en poner sus helicópteros y aviones a disposición del Ejército iraquí­, que prácticamente carece de Fuerza Aérea. También podrí­a encargarse de la seguridad de los puertos y efectuar una valiosa tarea de recolección de datos mediante aviones no pilotados.

Además, las fuerzas especiales podrí­an encargarse de seguir apoyando a sus pares iraquí­es en su combate contra Al Qaida, estima James Danly, del Institute for the Study of War (Instituto para el estudio de la guerra).

Y si las relaciones entre los sunitas, chiitas y kurdos degeneraran, Bagdad podrí­a hallar un aliado en Estados Unidos, añade Danly.

Por el momento, estos proyectos están en la fase de reflexión. Antes de discutirlos, los iraquí­es deben primero construir un gobierno, aún sin formar desde las elecciones legislativas en marzo de 2010.