Aproximadamente 5.607 mexicanos murieron al tratar de cruzar la frontera con Estados Unidos en los últimos 15 años y, pese a que la crisis económica provocó un menor flujo migratorio en 2008 y 2009, el promedio de decesos se mantuvo, informó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
«El estimado de las víctimas es incluso incierto y va de 3.861 hasta 5.607 en los últimos 15 años», dijo el jueves en conferencia de prensa José Luis Soberanes, presidente de la CNDH, quien sostuvo que según cifras de ONGs los fallecidos podrían llegar hasta 10 mil.
La comisión realizó un estudio junto con la organización civil Unión Americana de Libertades Civiles de San Diego y Condados Imperiales (ACLU) en el que hacen una serie de recomendaciones para que ambos países reconozcan «la muerte de migrantes en la frontera con Estados Unidos como parte de una crisis humanitaria internacional».
«En 2008, el número de muertes se contabilizó en 390, cifra que se espera sea superada en 2009, año en el que, hasta julio, han sido reportadas las muertes de 306 migrantes», sostuvo Soberanes.
El presidente de la CNDH destacó que en 2008 y 2009 el flujo migratorio de mexicanos indocumentados se ha reducido como consecuencia de la crisis económica.
La CNDH abrió una investigación sobre la balacera entre emigrantes y la patrulla fronteriza registrada el martes pasado en la garita de San Ysidro, en San Diego (suroeste de EE.UU.), frontera con Tijuana (noroeste de México), en la que cuatro mexicanos quedaron heridos.
Hasta 2007, siete mexicanos fueron asesinados por efectivos de la patrulla fronteriza, «casos que permanecen impunes», sostuvo por su parte Mauricio Farah, visitador general de la CNDH.
El recuento de muertos inició el 1 de octubre de 1993, cuando el gobierno de Estados Unidos instaló la Operación Guardián en la frontera de California y que se extendió a Arizona con la operación Salvaguarda y Río Grande, en Texas.
En ese periodo, el presupuesto de seguridad creció de 6.000 millones de dólares a 10.100 millones, aumentaron a 20.000 los agentes de la patrulla fronteriza, a 630 las millas de enrejados, a 300 las millas de barreras vehiculares y existe una «reja virtual» con alta tecnología para detectar a humanos.
«En todos los sentidos esta política de sólo contención ha fracasado», ya que sólo de 2000 a 2008 la población ilegal en Estados Unidos creció de 8,4 millones a 11,9 millones de personas, indicó Soberanes.
El aumento de vigilancia estadounidense ha provocado que los indocumentados crucen la frontera por lugares más peligrosos, como el desierto de Arizona, donde mueren por deshidratación, picaduras de animales, o también asesinados por sus propios traficantes.
En el noroeste de México, al otro extremo de la frontera de más de 3.000 km de extensión, los indocumentados mueren en las caudalosas aguas del Río Bravo.
En Nuevo Laredo, Tamaulipas (noroeste) frontera con Texas (sur de Estados Unidos), 27 personas han muerto en el Río Bravo en lo que va de 2009, un aumento significativo en comparación con los 23 decesos registrados en todo 2008, informó por su parte Gil Armando Arroyo, del Departamento de Bomberos de ese distrito.
Unos 12 millones de mexicanos viven en Estados Unidos, la mitad de ellos indocumentados.