Miles de estudiantes marcharon ayer en respaldo a la reunión que los líderes de ese movimiento, que exige profundas reformas a la educación en Chile, se reunían con los dirigentes del Congreso por primera vez desde que iniciaron las protestas y movilizaciones hace meses.
Los jóvenes estaban autorizados para manifestar en varias cuadras del centro del puerto de Valparaíso, donde está el edificio legislativo, pero algunos centenares sobrepasaron las rejas instaladas por la Policía, lo que desató la represión de los efectivos policiales.
Encapuchados, que acostumbran a infiltrarse en las caminatas pacíficas de los estudiantes, atacaron a la policía con piedras y otros proyectiles.
Según los organizadores, unos 15 mil jóvenes participaron en la marcha, pero la Policía dijo que eran unos 5 mil.
El gobernador regional, Raúl Celis, dijo que no autorizó la llegada al Congreso porque «este movimiento estudiantil, que yo llamó político, ha demostrado una absoluta incapacidad de poder manejar a los encapuchados, que forman parte de estas manifestaciones».
Antes del inicio de las reuniones, encapuchados parapetados en la universidad de Playa Ancha, de Valparaíso, levantaron barricadas y con la policía antimotines, que finalmente los controló con chorros de agua.
Mientras se registraban desórdenes, en el interior del Congreso los dirigentes estudiantiles se jugaban sus últimas cartas para conseguir un aumento en la partida de 11.650 millones de dólares destinados a educación en la ley del Presupuesto 2012, que debe ser aprobado a más tardar el 30 de noviembre, de lo contrario, regirá el presupuesto de este año.
Luego de reunirse con la directiva de la Cámara de Diputados, encabezada por el parlamentario derechista Patricio Melero, el vocero universitario Giorgio Jackson dijo que «lo que estamos haciendo es una interpelación… hoy materializado en el corto plazo que es en el Presupuesto».
«Debemos al menos obtener una pequeña victoria ,que pueda simbolizar que vamos a avanzar» añadió.
Camila Vallejo, otra vocera del movimiento estudiantil, declaró que «hemos emplazado tanto a la Cámara de Diputados como a los Senadores de que aquí no se trata solamente de hacer un acuerdo con la oposición, sino que es un acuerdo de todas las bancadas, de todos los sectores políticos de atender y representar una demanda que es mayoritaria».
Vallejo también expresó la disposición para iniciar un diálogo formal con el oficialismo.
Melero prometió que «no van a haber acuerdos entre cuatro murallas, van a haber acuerdos escuchando, pero también ejerciendo las convicciones y las concesiones que los parlamentarios creamos que tenemos que llevar adelante».
Jackson y Vallejo representan a la Confederación de Estudiantes de Chile, que agrupa a los dirigentes de las 25 universidades públicas chilenas, que unidos a alumnos del ciclo secundario, demandan una enseñanza igualitaria, de calidad, el fin del lucro en el sistema estudiantil, y el retorno de la administración de los colegios desde las municipalidades al Estado.
La estrategia de los universitarios fue presionar inicialmente a los dirigentes de la oposición de centroizquierda, que habían iniciado contactos con el oficialismo y el gobierno para consensuar un acuerdo y lograr la aprobación del presupuesto.
El presidente de la Democracia Cristiana, Patricio Walker, declaró que es positivo escuchar a los estudiantes, pero éstos no pueden pretender actuar como «colegisladores».