Es en el contexto de dinámicas sociales nuevas donde los sectores de la sociedad guatemalteca presentan una nueva visión de seguridad nacional diferente a la expuesta durante el conflicto armado interno. El Plan Nacional de Seguridad y Desarrollo, aprobado por la Junta de Gobierno en abril de 1982, concibió a la seguridad nacional como «(…) el grado relativo de garantía que a través de acciones políticas, económicas, psicosociales y militares» puede desarrollar un Estado. Por esta razón, adquiere especial importancia el Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica, firmado por los presidentes de la región en 1995 y el Nuevo Modelo de Seguridad Democrática en la Región. Su sustento se encuentra en el fortalecimiento del Estado de Derecho, el respeto a los derechos humanos, la seguridad de las personas y sus bienes, el amiente, así como erradicar la violencia, corrupción, impunidad, el terrorismo, la narcoactividad y el tráfico de armas.
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El problema en Guatemala se encuentra en que, por el conflicto armado interno, hubo una concepción minimalista de la seguridad nacional pues no se le vinculó con la democracia. Se impuso una razón de Estado para enfrentar a quienes habían optado por la vía violenta de la política. Faltó claridad para concebir a la seguridad nacional como «la condición imprescindible para el desarrollo integral del país basada en la preservación de la soberanía e independencia nacional, manteniendo el orden constitucional, la protección del derecho de sus habitantes y la defensa del territorio».
En el contexto socioeconómico, político y cultural, Guatemala se encuentra inmersa en el tema de la migración y se le ubica como un país de destino donde, en especial, personas de nacionalidad centroamericana trabajan en áreas agrícolas de la frontera guatemalteca y en la ciudad. Este flujo migratorio nunca ha originado problemas de seguridad nacional.
Guatemala es país de tránsito, de migrantes cuyo origen es El Salvador, Honduras y Nicaragua quienes atizan la forma migratoria CA-4 (lo cual permite estar documentados) para trasladarse por territorio guatemalteco y llegar a la frontera con México. De igual manera, se ubican a personas de nacionalidades sudamericanas y asiáticas, entre otras. Su objetivo es llegar desde Guatemala a territorio mexicano de manera indocumentada para arribar a Estados Unidos. La acción de autoridades mexicanas, la presencia de delincuentes y maras, así como la peligrosa utilización del ferrocarril Mayab (llamado el Tren de la Muerte), reducen paulatinamente el número de quienes pretenden llegar a la frontera México- Estados Unidos.
Desde el surgimiento -aproximadamente en 1882- de la producción cafetalera en Chiapas, la movilización de fuerza de trabajo campesina guatemalteca, en especial a la Región Soconusco tiene especiales características y desde esa fecha, hasta 1993, su volumen se incrementó hasta llegar a 87,087 hombres, mujeres y menores de edad documentados y un volumen no cuantificado en forma indocumentada. Esta cifra se refiere a la migración laboral en la producción de café, plátano, caña de azúcar y otros cultivos (cítricos, frutas, etc.). Esta corriente migratoria regresa a Guatemala por diferentes motivos y durante más de un siglo hasta la fecha no ha originado ningún problema de seguridad en la frontera Guatemala- México.
En el caso específico de Tapachula y el estado de Tabasco, fronterizo con Guatemala, se ubica el flujo de trabajadoras domésticas. Son menores de edad. Su residencia se encuentra en municipios de la frontera en especial de San Marcos. El número de ellas no se ha cuantificado son adolescentes sin documentos.
No se puede señalar la existencia de factores que originen problemas de seguridad en la frontera guatemalteca y mexicana de igual manera, es necesario ubicar la presencia de adolescentes en la economía informal de Tapachula. Regresan a sus lugares de origen (municipios y aldeas de San Marcos y de Huehuetenango) y vuelven a internarse a México. También debe destacarse el flujo migratorio de trabajadores guatemaltecos en el sector de la construcción. Se dirigen, básicamente, al estado de Quintana Roo, en México, donde las autoridades migratorias plantean su regulación por medio de la Forma Migratoria para Visitante Local (FMVL). Este aspecto se explica porque en Playa del Carmen, en el estado de Quintana Roo se han planificado la edificación de miles de habitaciones de hotel a corto plazo. Es un flujo migratorio reciente. No existe ningún estudio que señale la presencia de este flujo migratorio como coadyuvante negativo a la seguridad de Guatemala o México.