Migración indocumentada y derechos humanos


Carlos-Caceres-Ruiz

Condenar las violaciones de los derechos humanos de migrantes indocumentados y luchar por la eliminación de dichas transgresiones, fue uno de los factores básicos que Belice, Canadá, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá aprobaron durante la Conferencia Regional sobre Migración, que se efectuó en Puebla, México, en marzo de 1996.

Carlos Cáceres R
ccaceresr@prodigy.net.mx

 


Lo expuesto en convenios internacionales debe ser respetado por los paí­ses que los aprueban. Por esta razón, causa especial desconcierto el hecho de que indocumentados guatemaltecos sean deportados de Estados Unidos con grilletes y esposados. No debe olvidarse que los paí­ses miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU), han reafirmado en la Carta Internacional de Derechos Humanos su decisión de proteger los derechos fundamentales de los migrantes y se hayan declarado resueltos a promover un concepto más amplio de libertad migratoria.

    Reconocer que la migración puede hacer una contribución económica y cultural positiva tanto en los paí­ses de origen como de destino, es otro aspecto importante aceptado en las reuniones migratorias. Es cierto que las remesas familiares enviadas por los migrantes guatemaltecos en Estado Unidos, ayudan a sus familias. Hace falta que se realice un detenido estudio para saber su impacto en la economí­a nacional. Pero, no puede ignorarse que son a los trabajadores a quienes no se les paga lo establecido en las leyes estadounidenses. Las cosechas frutales –para citar un breve ejemplo–, no pueden producirse sin la presencia de trabajadores agrí­colas migrantes. Lo mismo sucede en México, especialmente en el sur de ese paí­s. Asimismo,  los centroamericanos, y de otras nacionalidades, realizan labores en el área de servicios que no las efectúan los estadounidenses. Ningún guatemalteco se traslada a Estados Unidos para infringir las leyes. Lo hacen en busca de un trabajo. Hasta la actualidad, ninguna dependencia del gobierno estadounidense ha dicho que los guatemaltecos han incrementado los actos de delincuencia o, con su presencia, desplacen fuerza de trabajo de los propios estadounidenses.

    En la Conferencia Regional sobre Migración, los diez paí­ses también aceptaron impulsar la conciencia pública sobre los derechos humanos de los migrantes como medio para promover el respeto a su dignidad, contrarrestar actitudes antiinmigrantes y erradicar actos ilegales contra los mismos. Las deportaciones masivas o el trato de delincuentes a migrantes guatemaltecos agreden el anterior principio.

    La emigración laboral guatemalteca en Estados Unidos tiene su origen en el ascenso de la pobreza y miseria, entre otros, que suceden en Guatemala, sin olvidar las consecuencias sociales y económicas que aún vive la sociedad guatemalteca después del conflicto armado interno. Estos factores permiten afirmar la necesidad de promover una mejor comprensión del fenómeno migratorio, impulsar la cooperación regional y otras formas de colaboración entre las naciones receptoras de migrantes guatemaltecos, para establecer programas que permitan cubrir las necesidades básicas de las poblaciones de migrantes indocumentados y, con pleno respeto a la soberaní­a nacional y jurisdicción territorial de cada paí­s coordinar esfuerzos para combatir a las organizaciones dedicadas al tráfico de migrantes indocumentados.