La migración, que aporta poco más de mil 700 millones de dólares anuales a la economía de este pequeño país, es parte de un controversial fenómeno socioeconómico, con implicaciones políticas y diplomáticas.
Los tres millones de ecuatorianos que las autoridades consideran residen en el extranjero, están obligando al gobierno central a reorientar su administración con proyectos en servicio para los emigrantes.
El 30 de septiembre, por ejemplo, los emigrantes ecuatorianos deberán de elegir a sus seis representantes a la Asamblea Nacional Constituyente que reformará la Carta Política del país; dos de ellos de Estados Unidos, dos de Sudamérica y dos de Europa.
Además, la migración rebasó ya los linderos diplomáticos cuando recientemente casi provoca un incidente internacional con Bélgica.
La causa fue un comentario de la esposa del presidente ecuatoriano Rafael Correa sobre las leyes de inmigración de Bélgica.
Anne Malherbe, de origen belga, calificó de hipócrita a la política de inmigración de Bélgica y cuestionó el comportamiento de las autoridades de ese país por mantener detenidas por más de 30 días las ecuatorianas Ana Cajamarca y su hija de 11 años.
La esposa de Correa dijo sentirse avergonzada de ser belga porque en ese país se lleva a los menores en centros de detención, como ocurrió con la niña Angélica Loja Cajamarca.
El ministro del Interior de Bélgica, Patrick Dewael, reprochó a Malherbe el comentario y dijo estar indignado.
Las dos mujeres detenidas habían residido ilegalmente por más de cinco años en Bélgica, y estuvieron a punto de ser expulsadas.
Un juez paró la deportación a causa de los malos tratos que recibieron de la policía en la prisión y deberán presentarse ante el juez en septiembre próximo.
En Estados Unidos, buena parte de la sociedad de ese país está involucrda en un debate nacional sobre la migración.
Las ciudades de New Haven y Hazleton son dos ejemplos de cómo mira la población el fenómeno migratorio en ese país, donde se supone viven dos millones de ecuatorianos.
Un juez federal de Estados Unidos declaró anticonstitucional una ley aprobada en la ciudad de Hazleton, Pensilvania, en contra de los extranjeros indocumentados, que prohibía arrendar departamentos o dar trabajo a emigrantes ilegales.
Esa medida es un precedente y se toma como una advertencia para las medidas que están aplicando otros estados y municipios de Estados Unidos contra la inmigración ilegal, como consecuencia del fracaso de la reforma migratoria en el Congreso.
Analistas hispanos y estadounidenses señalaron que la decisión del juez federal fue una victoria histórica para los inmigrantes, y que la Constitución de Estados Unidos se aplica a todos por igual, incluyendo a los extranjeros.
En el ámbito nacional, el presidente Correa creó la Secretaría del Migrante, con rango de Ministerio, que está impulsando la creación del consulado digital para dar servicio por Internet a los emigrantes ecuatorianos. También se anuncia la creación del Banco del Migrante y se están firmando convenios con España para beneficiar la reunificación familiar e implementar proyectos de inversión para alentar el regreso de miles de ecuatorianos.
En su reciente gira por España, Italia y Bélgica, el presidente Correa admitió que sin las remesas de los emigrantes la economía dolarizada del Ecuador ya habría colapsado.
Los que mantienen verdaderamente al Ecuador son los pobres, los emigrantes, que mandaron el año pasado 1.700 millones de dólares en remesas, aseguró Correa. Colombia y Ecuador son los principales destinos de las remesas de emigrantes desde España, que en el 2007 podrían superar por primera vez los 7.000 millones de euros (9.600 millones de dólares), señaló el Banco de España.
En tanto, cientos de ecuatorianos salen casi todos los días en viejos barcos pesqueros para ser trasladados furtivamente hasta Centroamérica. En el viaje arriesgan sus vidas y deben pagar en cuotas entre diez y doce mil dólares.
El viaje es un riesgo. Los barcos a veces zozobran, o en la travesía desde Guatemala hasta México son humillados y abusados por los «polleros», como se llama a los guías que los llevan hasta a México.
El cruce de la frontera de México hacia Estados Unidos por el desierto de Arizona o Nuevo México es otra historia.
Muchos mueren pero la mayoría sigue con el fin de cruzar esa línea codiciada en busca del sueño americano.