Michel Mirabal, un pintor daltónico


Michel Mirabal, artista cubano, posa en su estudio de Miami Lakes, en Florida. FOTO LA HORA: AP Wilfredo Lee

No se desalentó por la falta de recursos en su natal Cuba ni cuando le negaron la visa para viajar a Estados Unidos a aprovechar una beca de la Fundación Rockefeller.


Mirabal sufre daltonismo, pero ello no le ha impedido dedicarse al color. FOTO LA HORA: AP Wilfredo Lee

Menos lo detuvo su daltonismo y ahora el pintor Michel Mirabal dice orgulloso que sus últimas obras han sido adquiridas por el premio Nobel de literatura Gabriel Garcí­a Márquez, el actor Danny Glover, el productor Quincy Jones y el empresario Donald Trump.

«Como sé que no tengo facilidad de ver colores, no me detengo. Si a mi vista un color queda bien lo pongo, pero lo que tú ves yo no lo veo», dijo el artista plástico en una entrevista reciente con la AP, explicando que sólo puede ver colores primarios.

Mirabal, de 36 años, visita por primera vez Estados Unidos, donde su trabajo se ha exhibido en ciudades como Chicago y Miami. Su obra, de la que destacan series sobre tazas y las calles de La Habana, ambas de mediados de la década pasada, también ha sido expuesta en Parí­s, Nueva York, Los íngeles, Buenos Aires y Bogotá.

Los cuadros de su última serie de banderas cubanas evocan sentimientos de identidad, ternura, desarraigo y desolación.

«Al principio tuve problemas con la serie de banderas porque mi obra es mayormente social y es una crí­tica a la sociedad … es 90% social, de crí­tica aguda al mundo y Cuba», explicó. «Pero no soy contestatario ni estoy en contra del gobierno cubano. Un artista real tiene que arriesgarlo todo en pos de la verdad. Yo me comprometo con lo que está bien y mal».

Mirabal, quien nació y creció en un solar de La Habana, creció pintando con lo que tení­a a la mano, incluso generando colores de bolsitas usadas de té. Ahora pinta mayormente sobre lienzo, madera y cartón y usa materiales que incluyen granos de arroz, frijoles y hasta alambres de púas. También ha creado instalaciones.

Pese a su daltonismo, resalta que se graduó con las más altas calificaciones de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, San Alejandro. Incluso en el curso de color.

Al principio, pintar fue duro no sólo por la falta de materiales sino por su condición de la vista, recordó.

«Era muy frustrante. Mi hija me ayudaba poniendo nombre a las obras, me decí­a: «Esto es de este color, esto es así­». Pero después me acostumbré. Ahora mezclo los colores por intuición. Así­ los pongo y salen».

Pero más que el poder ver sólo algunos colores, lamenta haber perdido el sentido del olfato hace siete años, cuando se dio un golpe en la cabeza.

«Â¡Imagí­nate! A mí­ me gusta mucho cocinar y sigo cocinando pero ya no huelo nada. Nada de nada. Ni olores fuertes como el perfume», recalcó.

La Fundación Rockefeller le dio una beca en 1996 pero la perdió porque no le otorgaron la visa, algo que todaví­a le duele mucho.

«Cuando gané me puse muy contento porque por ese tiempo estaba estudiando … Fue una lástima», lamentó.

Durante su visita a Estados Unidos, que comenzó a fines del año pasado y prevé terminará en marzo, Mirabal ha pintado banderas durante conciertos de las bandas cubanas Los Aldeanos y Los Van Van, experiencia que le ha resultado muy emotiva.

«Cuando terminaba de pintar las banderas le pedí­a a la gente que pusiera sus huellas en las mismas y les tení­a que ayudar deteniéndoles la mano porque lloraban tanto que les costaba trabajo mantener su mano firme», recordó.

Por estos dí­as, dice que prefiere trabajar con colores grises.

«Al comienzo, mi obra tuvo mucho color, no por el daltonismo sino por el mensaje que querí­a dar», explicó. «Ahora quiero que sea una obra más directa y (así­), con menos, dar más».

«Al principio tuve problemas con la serie de banderas porque mi obra es mayormente social y es una crí­tica a la sociedad… es 90% social, de crí­tica aguda al mundo y Cuba. Pero no soy contestatario ni estoy en contra del gobierno cubano. Un artista real tiene que arriesgarlo todo en pos de la verdad. Yo me comprometo con lo que está bien y mal.»

Michel Mirabal

Artista cubano