Mi renuncia al FRG


El miércoles 26 de mayo, en una extensa y cordial conversación con el general José Efraí­n Rí­os Montt, secretario general del comité ejecutivo del Frente Republicano Guatemalteco, FRG (partido por el que trabajé desde la década de 1980 para su creación, fundación, registro y desarrollo), le manifesté que habí­a tomado la difí­cil decisión de presentar mi renuncia irrevocable como afiliado al FRG, renuncia que le harí­a llegar con las formalidades correspondientes para que la misma fuera oficiada al Tribunal Supremo Electoral y al Registro de Ciudadanos, a efecto que mi nombre fuera retirado de las listas de los afiliados al partido, planteamiento que formalicé el dí­a siguiente.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Decir que no me duele, que no me afecta serí­a faltar a la verdad. Quienes me conocen saben que mi decisión no es intempestiva, ni producto de un dí­a, mucho menos de un momento o de un impulso.

 

En los últimos siete años y medio he venido discrepando con las acciones y decisiones del partido en diferentes aspectos, diferencias que no han decrecido sino que han aumentado.

 

El haber dejado de ser parte del comité ejecutivo, por decisión de la Asamblea General que se produjo cuando me encontraba preventivamente detenido en el año 2004, evidencia en parte mis discrepancias y comprobó que el disentir, siendo leal pero no incondicional, molestaba al grupo dominante que quedó como comité ejecutivo.

 

Asimismo, he discrepado que poco a poco se ha concentrando la toma de decisiones, alejándose de lo que debe ser la democracia interna dentro de un partido polí­tico. No acepto que la bancada de diputados del FRG en el Congreso, en los últimos seis años y medio, ha dejado de tener un rol propio y se ha convertido en una bancada de complemento, apoyando al gobierno de turno, como fue el caso de los cuatro años de gobierno empresarial de í“scar Berger, contradiciendo con ello el rol original del partido y los cuatro años de gobierno, que conforme a sus principios antes se dedicó a servir y a defender a la mayorí­a de los guatemaltecos.

 

También le indiqué al general Rí­os Montt que mi renuncia era producto de comprobar que paulatinamente su familia accionaba para que el partido fuera heredado por Zury Rí­os Sosa y las personas allegadas e incondicionales a ella; que mantení­a, como siempre lo habí­a manifestado, que la grandeza de un partido era la diversidad de opiniones, la cual deberí­a encontrarse representada en las asambleas municipales, departamentales y nacional, reflejando con ello el respeto a un sistema democrático donde todos proporcionalmente estuvieran representados y ello reñí­a con lo que se trataba de gestar.

 

Concluyó nuestra reunión haciéndole yo constar a Efraí­n mi estima y respeto personal, así­ como mi respeto y estima también a los lí­deres departamentales y municipales que todaví­a permanecen como parte del FRG, en especial a Mario Rivera, a Iván Arévalo y su familia.

 

Mi retiro del FRG no implica que renuncie a continuar bregando en diferente forma por el desarrollo social, por el desarrollo económico, por el desarrollo polí­tico de la tierra donde nací­, lo cual ya he venido haciendo.

 

Siempre he servido y continuaré sirviendo a Guatemala con la esperanza y el deseo que nuestros hijos y nuestros nietos tengan un mejor futuro y una mejor situación.

 

Vuelvo a manifestar que mi renuncia irrevocable no ha sido fácil y que lamento ser el penúltimo que se retira de la organización polí­tica de los que inicialmente gestamos e iniciamos el FRG.

Concluyo agradeciendo a los guatemaltecos, mujeres y hombres, que me han apoyado reiteradamente  todos estos años. «Â¡Salve, mi Patria querida, mi dulce Guatemala!»