MI GRAN ENTRENADORA


Mis problemas eran muchos, y como fantasmas vengadores me atormentaban dí­a y noche; varias veces estuve a punto de huir de ellos, pero tuve fe, los enfrenté y los vencí­.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Las tentaciones para que abandonara el camino del triunfo eran demasiadas y ya casi me daba por vencido, pero tuve fe y continué la marcha hasta graduarme como el mejor.

Las burlas y las calumnias de la gente me destrozaban el alma y estuve a punto de ponerme al nivel de los que me insultaban, pero tuve fe y así­ logré mantener mi altura.

Los crueles golpes de la adversidad caí­an como lluvia sobre mí­ y por poco me vencen vergonzosamente, pero tuve fe, los resistí­ y me convirtieron en ganador.

En la lucha por el triunfo, ¡la fe ha sido mi gran entrenadora!