Brasil y México prepararon el Mundial de manera muy distinta: la «canarinha» se paseó frente a adversarios modestos como Tanzania y Zimbabue, mientras el «Tri» optó por rivales más fuertes y llegó a Sudáfrica con la moral reforzada gracias a su triunfo contra Italia.
«Hemos hecho una gran tarea, una gran preparación, como nunca antes se había hecho», se congratuló el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, Justino Compeán, unos días antes de la hora de la verdad: el partido inaugural del viernes contra Sudáfrica en Johannesburgo.
Antes de pisar tierra africana, el «Tri» efectuó una ambiciosa, pero también arriesgada, gira europea contra tres equipos que figuran en la lista de favoritos.
La selección mexicana empezó con mal pie al perder 3-1 contra Inglaterra y también cayó derrotada unos días después contra Holanda por 2-1. Pero todas las dudas quedaron borradas el pasado jueves gracias cuando los hombres de Javier Aguirre derrotaron 2-1 a Italia en Bruselas.
Este triunfo contra todo un campeón del mundo disparó la ilusión entre los mexicanos.
Hasta el punto que el «Vasco» Aguirre tuvo que lanzar un llamado a la moderación y evitar un exceso de optimismo: «No hay que volvernos locos. Hay que ser humildes en la victoria como en la derrota, no dejan de ser partidos de preparación», recordó.
Pero los jugadores mexicanos se muestran más que confiados. «Yo creo que México está capacitado para hacer el mejor Mundial de su historia», declaró Andrés Guardado. «La preparación fue buena, no tenemos tope», insistió el jugador del Deportivo La Coruña.
Esta estrategia es arriesgada como lo demostraron equipos africanos que optaron por codearse con los favoritos en la fase de preparación: Holanda goleó a Ghana 4-1, mientras Camerún cayó 3-1 contra el Portugal de Cristiano Ronaldo, alimentando dudas sobre la capacidad de los equipos africanos de hacer historia en el primer mundial organizado en su continente..
Por su parte, Brasil optó por una preparación radicalmente diferente. El seleccionador Dunga eligió por disputar dos amistosos contra dos selecciones de países vecinos de Sudáfrica: Zimbabue a la que derrotó 3-0 y Tanzania (108 del ránking FIFA) a la que vapuleó por 5-1.
«La preparación estuvo dentro de los previsto por la comisión técnica», se limitó a declarar el técnico, tras los partidos disputados contra países fútbolisticamente débiles.
«Fueron dos buenos partidos, contra equipos veloces, si bien no tenían mucha técnica, si tenían voluntad y eso nos ofreció dificultades», añadió, tras la última prueba antes del estreno de Brasil en la Copa del Mundo ante Corea del Norte, el 15 de junio.
Pero Dunga reconoció que su equipo aún no está listo: «Ahora tenemos que pulir el trabajo (…). Tenemos que disminuir nuestro tiempo de prácticas y lograr más calidad», afirmó.
La verdad es que cada equipo sigue el programa de amistosos que le parece más conveniente, aunque a veces los resultados dejan que desear y pueden influir sobre el estado de ánimo del equipo y de los hinchas.
Italia, por ejemplo, se limitó a dos partidos contra otros dos mundialistas: perdió contra México y empató con Suiza (1-1), suscitando críticas sobre la veteranía del equipo.
Francia disparó las alarmas tras su derrota contra China 0-1, después de un modesto empate contra Túnez (1-1) y una victoria por la mínima contra Costa Rica (2-1).
Otras selecciones como España optaron por partidos de preparación contra equipos asequibles: Arabia Saudí, Corea del Sur y Polonia, «de corte parecido a Suiza», el primer rival de la Roja el 16 de junio en Sudáfrica, explicó Vicente del Bosque.
Otra opción, más bien original, fue la seguida por Argentina que no disputó ningún partido de preparación desde su triunfo 5-0 contra Canadá el 24 de mayo en Buenos Aires.