Una de las salas de arte más peculiares de México, ubicada justo a un lado de una fábrica de jugos en un populoso suburbio de la capital mexicana, inauguró el jueves una exposición de piezas de una de las colecciones de arte contemporáneo más importantes de América Latina.
La crisis económica parece ser más un factor de inspiración que de desesperación para los organizadores de esta exhibición.
La exposición «La nada y el ser», inspirada en la obra «El ser y la nada» de Jean-Paul Sartre, reúne un centenar de trabajos de la colección de Jumex, la empresa de jugos más grande de México y que cuenta con un espacio de arte justo a un lado de su fábrica en Ecatepec, un suburbio de la Ciudad de México.
«La nada y el ser» busca explorar la condición humana a través de la soledad, la incomunicación, la ausencia, el escepticismo y la fractura.
«En este momento, México está viviendo un momento de angustia bastante fuerte. Una especie de pérdida de sentido en las cosas habituales. Creo que (la exposición) va a ser muy elocuente para el momento que estamos viviendo localmente», afirmó Eduardo Abaroa, uno de los artistas expositores.
Pese a las dificultades de la megaurbe, el arte contemporáneo en la Ciudad de México ha florecido en los últimos años, sobre todo gracias a las colecciones privadas de firmas como Jumex y a las galerías de arte que han contribuido a que los artistas locales tengan una exposición internacional.
Artistas y vendedores de arte de todo el mundo se dan cita del 22 al 26 de abril en la capital mexicana para la MACO-México, una de las ferias de arte contemporáneo más importantes de América Latina y que se celebra anualmente desde 2004.
La colección de la firma Jumex, propiedad de Eugenio López Alonso, reúne por sí sola más de 2.000 trabajos, incluyendo los de artistas de talla internacional como Jeff Koons y algunos de los cuales son exhibidos a menudo en México o prestados a galerías y museos de todo el mundo.
Cuando López Alonso decidió en marzo de 2001 crear un espacio dedicado al arte justo al lado de una fábrica de jugos, las reacciones fueron de escepticismo.
«Al principio, la gente pensó que estaba loco. Es algo muy conceptual, muy difícil. Nuestro enfoque no es nada sencillo y no estamos aquí para complacer al público», comentó Patricia Marshall, una compradora de arte que ha trabajado con López Alonso desde 1995.
La colección de Jumex está sin embargo abierta a todo el público, con cita previa y de forma gratuita, además de que López Alonso ya adquirió un terreno en el exclusivo sector de Polanco, en la capital mexicana, para construir un espacio más accesible y que funcionará en 2011.
«Aquí se está viviendo el fenómeno de que la gente rica quiere ser coleccionista de arte. Pero para López Alonso es un largo proceso, una historia de amor», comenta Michel Blansube, director de la Colección Jumex.
Trabajos de artistas de países como India o Albania, así como de Estados Unidos y México, están presentes en esta exhibición de Jumex que fue seleccionada por Shamim Momin, curador asociado del Whitney Museum of American Art.
«Creo que el escenario en México es increíble y lo he estado preparando desde hace un tiempo», comentó Momin a la AFP.
El curador de esta exhibición que lanza una mirada a la desesperanza y el nihilismo asegura que muchos de los artistas con los que ha hablado parecen estar siendo beneficiados extrañamente por la crisis actual.
«Históricamente, en periodos de sacudidas y cambios surgen oportunidades para los artistas. Cuando las cosas están revueltas, desordenadas, colapsadas, pasan cosas interesantes», añade Momin.
El artista estadounidense Alex Hubbar, también presente en la exposición, coincide con el curador.
«Hubo un momento en que estábamos cansados y aburridos, ahora estamos nerviosos y despiertos», afirma Hubbard al aludir al trabajo de otro artista titulado «Aburrido y cansado».