Las autoridades mexicanas investigan al violento grupo armado los Zetas como probable responsable del secuestro de 33 cubanos indocumentados la semana pasada en el sur de México, de los cuales 18 aparecieron en Estados Unidos, informó este viernes una fuente oficial.
«Una parte de la hipótesis es que los Zetas fue el grupo armado que hizo el rescate (secuestro) o bien que, en complicidad con los elementos de migración, tomó a estos migrantes para trasladarlos hacia el norte», dijo José Luis Vasconcelos, subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la Procuraduría General de la República (PGR).
Vasconcelos negó que la llamada «mafia cubana» estuviera ligada con el secuestro en una carretera del sur mexicano, pero admitió que grupos radicados en Miami auspician el tráfico de personas.
«Encontramos que son familias que están solicitando los servicios, que está muy mal porque esta es una actividad delictiva que auspicia al crimen organizado, por más noble que sea tu finalidad de tener junto a ti a un ser querido», afirmó.
Los 33 cubanos y cuatro centroamericanos fueron secuestrados el 12 de junio por un comando fuertemente armado cuando eran trasladados a una estación migratoria del sur de México desde Cancún (Caribe), donde seis días antes habían sido rescatados por la Armada (marina de guerra) mexicana.
De los 15 cubanos restantes y de los cuatro centroamericanos, las autoridades mexicanas no tienen rastros.
«Hay una alerta por parte de todas las autoridades mexicanas, nos encontramos en la búsqueda», indicó el subprocurador.
El violento grupo de los Zetas se formó en los 90 con militares desertores y se transformó en brazo armado del cartel de narcotráfico del Golfo, aunque analistas consideran que se están convirtiendo en una organización delictiva autónoma que también incursiona en el tráfico de personas.
«El tráfico de personas es el segundo rubro ilegal más lucrativo detrás del tráfico de drogas», dijo Vasconcelos a un canal de televisión.
El subprocurador dijo que los dos choferes del autobús que trasladaba a los 33 cubanos y cuatro centroamericanos, de los cuales tres son guatemaltecos y uno salvadoreño, y nueve de los 11 agentes migratorios detenidos por este hecho «están relacionados con actividades que parecen ilícitas».
Según testimonios de los inmigrantes recabados por la PGR, los cubanos fueron llevados a una casa de seguridad en Veracruz (centro), donde les tomaron fotografías que pegaron a hojas con el sello del Instituto Nacional de Migración (INM) que ordenaban su salida del país.
La PGR explicó que, con la documentación entregada, «uno de los grupos migrantes que llegó a Estados Unidos refirió que lograron pasar dos puestos de revisión militares y dos filtros migratorios sin ningún problema en su trayecto de Veracruz a Reynosa (noreste de México), por vía terrestre y en autobús de pasajeros».