Al emprender esta semana diversos arrestos, las autoridades mexicanas finalmente han puesto claro que ya no tolerarán las tácticas ilegales de los grupos de autodefensa que combaten a un cartel narcotraficante en el estado de Michoacán.
El cambio ocurre después de meses en los que efectivos militares y policías federales toleraron que miles de civiles armados con fusiles de asalto derribaran puertas, instalaran retenes y tomaran el control de localidades para expulsar al violento cartel de los Caballeros Templarios.
Ese tipo de armas están prohibida a los civiles en México, sin embargo policías y militares efectuaron operaciones conjuntas con las autodefensas, que inicialmente fueron bien recibidas por los habitantes locales cansados de las extorsiones, secuestros y asesinatos cometidos por los Caballeros Templarios.
El gobierno está poniendo la señal de alto a los vigilantes, declaró un funcionario federal que solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones a la prensa por su nombre.
«Hemos alcanzado un punto de inflexión, un punto de cambio», apuntó.
El funcionario explicó que cuando decenas de miles de fuerzas federales fueron enviadas en mayo de 2013 a Michoacán, oeste de México, dependían de las autodefensas para que les señalaran a los presuntos miembros de la organización delictiva.
Ahora, meses después de su instalación en el terreno, el personal militar ha desarrollado inteligencia que le ha permitido la captura de diversos cabecillas del cartel.
«Estamos llegando al punto en el que ya no los necesitamos (a las autodefensas)», declaró el funcionario.
El portavoz de las autodefensas, Estanislao Beltrán, declaró el viernes que el gobierno federal todavía los necesita para combatir a esa organización delictiva.
Las autodefensas, que se alzaron en febrero de 2013 contra los Caballeros Templarios, pronto aumentaron a 20.000 civiles armados y persiguieron al cartel en gran parte del estado. Entre las principales actividades de los Templarios estaba la extorsión a empresarios, agricultores y ganaderos en el estado.
El funcionario federal dijo que las autodefensas quizá fueron víctimas de su triunfo y comenzaron a disputarse el botín de la riqueza abandonada del cartel.
Los templarios habían amasado un imperio de negocios, granjas y vehículos robados o extorsionados a los habitantes de Michoacán.
El punto de inflexión se dio el jueves cuando uno de los principales líderes del movimiento de civiles armados, Hipólito Mora, fue acusado del homicidio de dos miembros de una facción rival de autodefensas.
Un día antes, 28 autodefensas fueron arrestados por irrumpir en la hacienda de un jefe templario, donde intentaron apoderarse de 24 caballos purasangre.
Beltrán, portavoz de las autodefensas, rechazó el miércoles que la incursión en la finca fuera algún tipo de robo.
Las autodefensas intentaban recuperar caballos que habían robado los templarios, afirmó Beltrán.
Sin embargo, el funcionario dijo que los vigilantes «van tras el botín de guerra» con este tipo de incursiones, que se han vuelto comunes en haciendas ganaderas, casas y huertas que supuestamente pertenecían u ocupaban los miembros de los Templarios.
Los apoderamientos de tierras y propiedades han creado divisiones en el movimiento y entre los habitantes de Michoacán, dijo el funcionario federal.
Quizá fueron elemento importante en el homicidio de dos autodefensas de un grupo rival ocurrido el pasado fin de semana y a los que supuestamente mataron miembros de la facción de Hipólito Mora.
El funcionario dijo que los habitantes locales acusan a Mora de exigirles dinero a cambio de devolverles las propiedades que les robaron los templarios.
Beltrán, portavoz de las autodefensas, reconoce que algunos malos elementos e incluso delincuentes quizá se sumaron a las autodefensas y aseguró que después será necesaria una depuración interna.
Las autodefensas reconocen que han quitado armas y vehículos a personas que creen apoyan a los templarios y afirman que reciben donaciones voluntarias de agricultores, ganadores y empresarios ansiosos de recuperar sus propiedades.
Sin embargo, algunos hombres de negocios, citados por diversos medios, aseguran que las autodefensas ahora les piden una cuota fija para protegerlos de los remanentes del cartel.