Bajo el título “USA: el gigante deslealâ€, la columnista Sabina Berman, del conocido semanario mexicano Proceso, sintetiza la opinión de buena parte de la intelligentsia que nuestro vecino tiene sobre el coloso imperial, cuya actual adicción a las drogas le ha conducido a una guerra cruenta, de cuyos sucesos, los matutinos de mayor alcance como Excelsior, Universal y Jornada, relatan hechos de la descarnada violencia cotidiana que se ensaña principalmente en el sureste, Veracruz y los estados norteños y centrales.
De acuerdo con Berman, la siempre doble moral norteamericana le está jugando a México una verdadera pesadilla, con muertos y violencia extrema en el sur y jugosos negocios más al norte, dado que ciudades como Mc Allen en Texas crecen y se modernizan gracias a la reinversión de las ganancias del narco, y por la venta de armas y fusiles de alto poder en manos de verdaderos ejércitos irregulares.
En adición, nuestro vecino se encuentra en plena coyuntura electoral, con la elección de gobernaturas en las que destaca la del Estado de México cuyos 15 millones de habitantes y un Producto Interno Bruto de más de 70 mil millones de dólares, deja pequeñas a cualquiera de las repúblicas centroamericanas.
Luego de las truncadas iniciativas de Vicente Fox y sus allegados económicos para lanzar el ambicioso Plan Puebla Panamá, las noticias de los acontecimientos centroamericanos no perfilan el interés por una expansión o la construcción de sinergias modernizadoras. Tan sólo una breve estancia en el norte nos da la sensación primaria que para los mexicanos no existe mayor diferencia entre hondureños o guatemaltecos, o entre salvadoreños o nicaragí¼enses, y todos tenemos un sello distintivo: países con altos niveles de pobreza y colmados de indocumentados.
Otro artículo de la comentada Revista Proceso, escrito por Juan José Dalton, efectúa un análisis crítico sobre la actual situación política hondureña, comenzando con la descripción de tal país como “una nación pobre que vive de las exportaciones de plátanos y de las remesasâ€. El artículo se denomina premio al golpismo, y describe las graves violaciones a los derechos humanos y las violaciones a la democracia en tal país.
Si al artículo de Dalton le añadimos las impresiones que uno se lleva del genocidio guatemalteco de los años 80, expuestas con detalles visuales de multimedia en el moderno museo de la Memoria y la Tolerancia, podemos darnos cuenta que la imagen centroamericana en el mundo globalizado, comenzando por nuestro vecino del norte, está por los suelos,
Hoy en día, para ellos somos una región de indocumentados, en donde impera aún la pobreza y las imperfecciones democráticas, aparte de las violaciones a los derechos humanos, lo cual amerita la configuración de una política de relaciones exteriores de nuevo cuño, que debiera ir acompañada por una refundación de acciones en el seno de los estados centroamericanos, para recuperar la dignidad ante el concierto internacional de naciones.
Y es que resulta ser que para los poderosos carteles de la droga, el paso de nuestros indocumentados por México, no resulta ser más que la provisión de carne de cañón, y la disputa de recursos humanos desechables en cualquier momento, dados los riesgos de tan rentable empresa.
Es así como los medios resaltan las declaraciones del señor Salvador Beltrán del Río, comisionado del Instituto Nacional de Migración –INM- quien “amablemente†informa a la opinión pública mexicana, que gracias a sus acciones han sido rescatados más de 4 mil migrantes víctimas de trata, de tráfico, de secuestro, etcétera.
Vemos así que las relaciones con México en el futuro cercano son un desafío importante, no sólo de la agenda estatal guatemalteca, sino de la centroamericana, siendo vital para nosotros no sólo el seguimiento político institucional mexicano, sino la formulación de propuestas conjuntas a nivel mesoamericano.