El desarrollo sustentable de las naciones requiere no sólo alimentos, sino también de energía por lo que funcionarios y expertos de varios países defienden en México la producción y uso de los biocombustibles bajo la premisa de impulsar la seguridad energética, sin arriesgar la alimentaria.
«Fortalecer nuestra seguridad energética sin arriesgar, en ningún momento, la seguridad alimentaria de nuestro país» es de vital importancia para el programa de desarrollo de biocombustibles, dijo la secretaria mexicana de Energía, Goergina Kessel, al inaugurar el I Congreso Internacional de Biocombustibles en Guadalajara (oeste).
Brasil, el segundo productor de etanol y biocombustibles en el mundo, con el 32,6% de la producción universal, reconoce que el uso del maíz para fabricar etanol puede «causar incrementos en los precios de los alimentos», dijo el gerente de Comercialización de Petrobras, Luthero Winter, aunque aclaró que su país solo utiliza la caña de azúcar.
Estados Unidos, el mayor productor de etanol del mundo con el 45,8% de la producción mundial, utiliza este grano para producir el biocombustible.
La posición de Brasil es que la producción de biocombustibles no necesita sustraer tierras destinadas a la producción de alimentos para aumentar sus plantaciones de caña de azúcar destinada al etanol.
Por su parte, José Leonidas Tobón, titular de la política de biocombustibles de la secretaría de Agricultura de Colombia, descartó también que en su país vaya a haber un problema de desabastecimiento de alimentos.
«Estamos produciendo el etanol de una variedad de azúcar que nos sobraba, el excedente la convertimos en etanol. También tenemos excedente para exportaciones de aceite de palma y lo estamos convirtiendo en biodiésel», dijo Tobón.
«Colombia es el segundo en América Latina en producción de biocombustibles, muy lejos de Brasil, y más aún de Estados Unidos, pero el andamiaje legal y político está dado» para crecer en esta sector, aseguró el colombiano, quien durante el foro habló sobre la experiencia de su país.
En sólo siete años este país sudamericano ha logrado colocarse en el camino de los biocombustibles, después de que en 2001 aprobó la ley relacionada con esta industria.
Actualmente los automóviles en el 70% de su territorio usan gasolinas con una mezcla de 10% de etanol.
«Se trata todo de consumo doméstico, en Colombia se produce todo el etanol que consume», aclaró Tobón quien explicó que desde 2004 se aplicaron fuertes incentivos fiscales a los pequeños y medianos empresarios involucrados en esta industria.
Hoy en día Colombia produce con caña azúcar un millón 50 mil litros diarios y con palma de aceite genera 300 mil litros diarios.
Con la experiencia acumulada por Colombia en este período, «México puede convertir el azúcar, que tiene problemas para comercializar, en excedentes para transformarlo en etanol, porque tiene una agricultura fuerte en este cultivo, y no lastimaría la seguridad alimentaria».