El gobierno de México promulgó ayer una nueva ley de seguridad nacional, tras la creciente violencia que colocó al 2008 en el año más sangriento de la historia del país, con más de 5.300 asesinatos relacionadas con el narcotráfico y el crimen organizado.
La Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública -que define las bases de coordinación entre la Federación, estados y municipios para integrar políticas de seguridad- entró en vigor ayer al ser publicada en el Diario Oficial de la Federación.
Aprobada en el Senado el 8 de diciembre pasado, la nueva ley fue impulsada tras el hallazgo a fines de julio del cuerpo de un joven de 14 años, hijo de un acaudalado empresario, después de haber sido secuestrado durante un mes, en un crimen que sacudió a todo el país.
El caso del joven Fernando Martí fue sólo uno de los 964 secuestros registrados en México entre enero y noviembre de 2008, según datos oficiales, cifra que podría ser más alta porque expertos en seguridad aseguran que en este país sólo se denunciaron uno de cada dos o tres casos.
La indignación social por el repunte de la delincuencia obligó a las autoridades en agosto pasado a crear el Consejo Nacional de Seguridad Pública, integrado por funcionarios federales y locales, así como por representantes de los poderes legislativo, judicial y sociedad civil, entre otros sectores, que acordaron las bases para esta nueva ley.
A comienzos de diciembre otra noticia conmocionó al país: los restos de la hija de un empresario y ex director de la Comisión Nacional del Deporte, Silvia Vargas Escalera, secuestrada en septiembre de 2007, eran identificados luego de que fuera encontrado el cuerpo en la casa donde permaneció cautiva.
Esto en medio de datos impactantes como una masacre de 24 personas cerca de la capital y un atentado con granadas en la ciudad de Morelia (centro) con ocho muertos.
Además de la decapitación de decenas de personas, algunos casos múltiples como el de 12 civiles en Yucatán (este), nueve policías en Tijuana (noroeste) y ocho militares en Guerrero (sur).
Una decena de altos mandos policíacos fueron detenidos por supuestos vínculos con cárteles del narcotráfico.
La legislación promulgada este viernes regula una gran base de datos, creada recientemente, mediante la cual las autoridades federales, estatales y municipales trabajan para integrar la información sobre los criminales detectados.
«El Sistema íšnico de Información Criminal contendrá una base nacional de datos sobre probables responsables de delitos, indiciados, procesados o sentenciados (…) donde se incluyan los antecedentes criminales, medios de identificación, recursos y modos de operación», indicó la presidencia de México.
La ley también establece la forma en que tendrán que funcionar los centros de capacitación y evaluación policiaca en los estados y municipios, a fin de contar una policía confiable ya que el 50% de los elementos policíacos evaluados oficialmente en el país hasta octubre pasado resultaron ser «no recomendables».
El gobierno inició en diciembre de 2006 una guerra frontal contra los cárteles de la droga en México, con el despliegue en diferentes regiones del país de 36.000 militares y miles de policías federales. Pese a ello, aún han sido incapaces de contener la creciente violencia que convirtió al 2008 en el año más violento en la historia contemporánea de México.
Un total de 12 muertes violentas tuvieron lugar el último día del año en el estado mexicano de Chihuahua (norte), de las cuales ocho sucedieron en la convulsionada Ciudad Juárez, reportaron el jueves fuentes locales.
El hecho más violento se registró en Juárez cuando un grupo de policías detectó a un comando armado que obligaba a empleados de Coca Cola a subir a un camión repartidor de la propia empresa, informó la secretaría de Seguridad Pública Municipal.
Durante el tiroteo entre los uniformados y el comando armado «murieron dos hombres», uno de ellos era empleado de Coca Cola y el otro uno de los criminales, añadió.
Por otra parte, un hombre de unos 35 años falleció tras ser perseguido durante «varias cuadras» por sicarios que le dispararon en varias ocasiones.
Las demás víctimas se registraron en varios puntos de Juárez y el resto del estado de Chihuahua, fronterizo con Estados Unidos.
Chihuahua es uno de los escenarios más sangrientos de la guerra entre narcotraficantes mexicanos, que en el 2008 dejó un saldo de más de 5.300 muertos.
Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, fue en 2008 la localidad más violenta de México con 1.653 ejecuciones, contra 318 en 2007, lo que representa cerca de una tercera parte del total nacional, según un recuento de AFP basado en reportes policíacos diarios.
En México, según cifras oficiales, las muertes violentas relacionadas con las pugnas del crimen organizado sumaron más de 5.300, pero Ciudad Juárez por sí sola sumó cerca de una tercera parte y Chihuahua, estado donde se ubica esta localidad, representó casi la mitad del total nacional con 2.400 asesinatos.
El año 2008 fue de una violencia sin precedente en esta frontera ya que en años anteriores las ejecuciones apenas superaban las 200 y en 2007 se alcanzaron 318.
El 2009 arrancó de forma violenta con ocho ejecuciones en Ciudad Juárez el jueves y este viernes se registraron tres más, mientras que en otras localidades de Chihuahua se presentaron otras tres ejecuciones, informó la Procuraduría de Justicia del Estado.
Los meses más violentos, de acuerdo con el conteo de AFP, fueron agosto con 228 muertes y diciembre con 200, mientras que, según la Procuraduría, la mayoría de los homicidios ocurrieron en la vía pública, con armas largas como AK-47, conocidas como «cuerno de chivo» y pistolas calibre 9 mm.
Entre los asesinatos registrados en Ciudad Juárez figuran los de 75 policías de distintas corporaciones, además de 46 cuerpos encontrados en dos fosas clandestinas en febrero pasado.
Ciudad Juárez es escenario de una lucha entre el cartel de Sinaloa, encabezado por el prófugo Joaquín «El Chapo» Guzmán, y el de Juárez, de los hermanos Carrillo Fuentes.
El número de ejecuciones en 2008 en todo México superó las 5.300 pese a un operativo de más de 36.000 hombres, en su mayoría militares, en distintas partes del país, incluida Ciudad Juárez.