Hola queridos amigos lectores. Es un gusto saludarlos desde Sao Paulo, Brasil en donde esta semana estaré compitiendo en el Abierto de Brasil. A lo largo de los últimos años, poco a poco he ido aprendiendo más acerca de la vida y qué se requiere para lograr el éxito. Con mis entrenadores, siempre le hemos puesto mucha importancia al trazo de metas para alcanzar diferentes objetivos.
No cabe la menor duda que las metas son una herramienta muy importante para alcanzar el éxito, pero no basta con simplemente trazarlas. Hace más o menos dos años, mi manera de ver la vida cambió por completo. Cambió gracias a que un libro que estaba leyendo invitaba a los lectores a reflexionar cuál era el propósito de sus metas. Hasta ese punto en mi vida, nunca había enfocado las cosas de esa manera. Para mí, el simple hecho de trazar metas era suficiente. Así que al leer eso, me quede en blanco. Me di cuenta que no tenía un objetivo fijo con respecto a ellas. También por alguna razón, aunque lograra mis metas, no estaba del todo satisfecho, o sentía que algo hacía falta. Estas dos dudas despertaron en mí un deseo de querer encontrar que era esto que hacía falta. Quería encontrar algo que fuera de la mano de quien era yo en ese momento y de quien quería llegar a ser. En mi caso, lo más importante era lograr ser muy feliz. Así que hice un cambio de un estado más superficial, a uno más espiritual.
Luego de este despertar interior, vino un fuerte deseo de educarme para así lograr entender más de cómo enfocar la vida de una manera más espiritual. Así que acudí a muchos libros y materiales de crecimiento personal y de espiritualidad. Me di cuenta que la gran mayoría de ellos hablaban de las mismas cosas, simplemente explicado de una manera distinta o dándole un enfoque diferente. En mi opinión, las vías más importantes para lograr la felicidad son desprenderse del Ego y mantenerse en el presente.
El ego es la relación que existe entre el individuo consciente de su propia identidad y de su relación con el mundo que lo rodea. El ego domina esa voz interior limitante que tenemos constantemente en la cabeza. Es el limitador principal para salir adelante en la vida. Es el que nos dice “yo soy tal y tal” o “yo tengo tales y tales cosas”. El ego cree que quienes somos y lo que tenemos nos hace superiores a los demás. Es por eso que hoy en día las sociedades se han vuelto sociedades de consumo y parece que nunca nada es suficiente. En nuestras sociedades somos lo que se ve, y no lo que no se ve, el interior que es lo que de verdad determina la calidad de la persona. La gente dice querer ser feliz, pero a la vez está buscando esta felicidad en los lugares equivocados. La verdadera felicidad viene de querer lo que se tiene y no de tener lo que se quiere. Al desprenderse del ego, es cuando las maravillas comienzan. Poco a poco se va formando un sólido interior que no necesita de hacer ver a los demás como menos para el sentirse bien. Al desprenderse del ego es que uno se puede preguntar, ¿quién soy? y ¿quién quiero ser?
Vivir en el presente es elemental para lograr la felicidad. Muchas personas no se pueden desprender del pasado y traen tanto equipaje que les es imposible estar contentos con su situación. También hay otras personas que viven preocupadas con el futuro. Piensan que tienen que hacer tantísimas cosas hoy, para lograr ciertas cosas para el futuro. Pero por no poder dejar ir el pasado y no poder desprendernos del futuro, es que nos perdemos del presente. Como dijo John Lennon, “la vida es lo que sucede mientras estamos ocupados haciendo otros planes”. Cuando nos enfocamos en el futuro, en realidad nos estamos inventando cosas, porque no tenemos la menor idea de que nos espera. La vida es dura y a veces nos suceden cosas las cuales son difíciles de olvidar. Pero la realidad es que lo debemos hacer para lograr salir adelante y vivir una vida plena. Lo mejor que podemos hacer es gozar del presente, vivirlo al máximo y tener fe en que cosas grandes vienen.