Metal forjado desde corazones de mujer


Por Gerson Ortiz; fotos: Carlos Duarte

Pese a los reiterados calificativos despectivos hacia el «Metal», este estilo de música sigue moviendo masas y alcanzando estilos y sonidos que quizá sus creadores no imaginaron jamás. El rol del que para muchos más que un género musical, es un estilo de vida, sigue creciendo en Guatemala, y es justo en este tiempo en el que se están gestando, dentro de él, movimientos que no pueden pasar desapercibidos: las mujeres pasaron de ser una audiencia menor a ser creadoras del Metal, desde sus corazones.


En el paí­s, el papel de la mujer ha estado por años supeditado a cierta «pasividad» impuesta por una sociedad intrí­nsecamente machista y autoritaria, por ejemplo: sólo dos de trece integrantes de la Corte Suprema de Justicia son mujeres, además, sólo hay 20 diputadas en un Congreso integrado por 158 legisladores, y sólo hay 6 alcaldesas en un total de 333 alcaldí­as.

La antropóloga Walda Barrios, también activista de la Unidad Nacional de Mujeres Guatemaltecas, opina que en décadas pasadas, la música era un medio considerado de «subversión» y que ese hecho la hací­a prácticamente prohibida para los hombres en general y para las mujeres, en particular.

«Actualmente los espacios públicos siguen siendo poco accesibles para las mujeres, y eso se debe a una división público-privada y una estructura tradicional donde se supone que las mujeres seamos para la casa y nada más», opina la antropóloga y reconoce que el camino de la participación más activa de las mujeres tanto en lo polí­tico, social y cultural (en este caso) «es aún muy precario».

«En Guatemala todaví­a empiezan a abrirse espacios para las mujeres dentro de ese tipo de roles, pero estos son el resultado de una lucha constante de parte de las mismas mujeres», comentó la activista, quien también recalca la importancia que tiene el hecho de ir abriendo brechas en lo cultural por parte de las féminas.

Pero tanto en el Metal mundial como en el paí­s existen estadí­sticas poco precisas sobre la participación de las mujeres en ese estilo musical, y aunque es un hecho que la interacción de estas es menor; también lo es que ha ido creciendo. En el caso de Guatemala empieza a surgir una generación de jóvenes mujeres que mezclando actitud, conocimiento, visión y por qué no decirlo; belleza, han conseguido acaparar, dentro de este género, el espacio que merecen, y se han dado a la tarea de ir creando desde una guitarra con distorsión, un bajo con decibeles al máximo, una baterí­a rápida e intensa y una voz penetrante y fuerte un sonido novedoso dentro del Metal.

Aunque el descubrimiento y conocimiento de esta nueva generación de «metaleras», se limitó a un perí­metro corto dentro de la capital, existen ya en Guatemala muchí­simas bandas que se integran por mujeres o en las que las mujeres ejercen un papel fundamental para la creación de ese sonido, que para muchos no es más que «ruido».

«ES DIFíCIL DE DIGERIR»

Ira tiene 22 años y es la vocalista y guitarrista rí­tmica de una banda de Power y Heavy Metal llamada Ars Magna. La joven artista cuenta que su interés por la música (por la guitarra en particular) surge cuando estaba en tercero primaria y que a los 14 años le dieron ganas de formar una banda pero que a sus «compañeritas» de entonces no les gustaba esa música. Ira describe que en escena es otro rollo: «yo lo único que hago es cantar y sentir las letras, y hay canciones que hablan de violencia, de amor y desamor, entonces, simplemente me dejo llevar por la música», narra.

Para Ira es «un poco intimidante que haya tanto hombre y que sea un poco machista la situación», en cuanto a la su interacción dentro de un género musical que ha sido acaparado y ejecutado por hombres mayoritariamente. Además agrega que «ha sido difí­cil para algunas personas verme cantar y tocar en un estilo que no sea pop», comenta.

Después de ensayar varias de las canciones de su banda, Ira responde a algunas preguntas y cuenta que «es muy satisfactorio formar parte de un grupo prácticamente nuevo de músicas. Varias mujeres me han hablado y me han dicho que qué buena onda que canto y que las animo mucho a ellas a hacerlo». Y agrega: «Es bien interesante ver tanta chava que le gusta el rollo de la música y del Metal y que a veces no son activas precisamente porque hay tantos estereotipos que vienen desde su papás incluso».

Pero la entrevistada también le ha tocado lidiar con ese tipo de factores sociales en relación a la mujer: «En los inicios hubo un poco de rechazo, incluso hubo comentarios como que tener en una banda a una mujer como «frontman» es difí­cil de digerir». Además dijo: «No es de sorprenderse que los lí­deres en general sean hombres porque claro, es una cultura machista y así­ ha sido, pero nuevas generaciones vienen con nuevas mentalidades y más los y las jóvenes y claro, es evidente que el movimiento femenino dentro de estos espacios ha crecido y va a crecer más».

«HAY QUE CORRER ESE RIESGO»

Victoria tiene 26 años y su interés por el Metal surge por su hermano, quien integró una banda de Nu Metal (HardCore) llamada Tiesnesis. Cuenta que le gustaba «meterse» en el grupo, pero que hasta entonces no se habí­a dado cuenta que iba a tener «el don de cantar así­». Vick, como la llaman sus compañeros de banda, eligió uno de los caminos más rudos del Metal, y su estilo de vocalización siempre es referido a hombres por su dureza y agresividad: Victoria es quizá una de muy pocas mujeres en el paí­s que ha conseguido dominar el canto gutural dentro de la música Metal; ella cree que fue Dios quien escogió el camino que ahora forja en su banda de Gospel Metal (cristiano) llamada Nativa (a la que se integró en 2003) donde interpreta un sonido HardCore contemporáneo que se caracteriza por la fuerza de su voz.

«Mi papá tocó en una banda y tocaban covers de The Doors, además mi hermano lo hizo y creo que yo ya lo tení­a en la sangre, y me dieron ganas de producir y creo que la gente que le gusta el Metal sabe lo que se siente estar en una banda y sentir la guitarra, la baterí­a, los gritos y todos esos elementos; siento que es un privilegio poder estar en medio de este género», abrió la entrevista la joven artista de 26 años, vocalista de Nativa.

Victoria cree que debido a que hay pocos grupos que inician con vocalistas mujeres «tenés las de ganar o de perder», opina, y considera que el público metalero siempre quiere algo agresivo «y es ahí­ donde tenemos que tener valor porque el Metal es algo agresivo por naturaleza, y si no tenés esa agresividad pues no lo vas a lograr y corrés el riesgo que te bajen y quieran a un hombre porque no llenás esa expectativa, pero hay que correr ese riesgo. Yo lo hago en cada concierto», comenta.

Pero Victoria también se ha enfrentado a cierto rechazo por ser mujer y formar parte de un movimiento metalero: «una vez escuché un comentario que decí­a que el rock pesado era sólo para hombres y que las mujeres se dedicaran a cosas del hogar. Creo que es muy difí­cil que la gente reconozca que haya vocalistas mujeres que pueden llenar las expectativas en una banda de Metal, creo que es un privilegio tener el talento de cantar así­».

Victoria concluye diciendo que en la música no existen barreras de género: «En la música no hay ese tipo de cosas, si tenés el don de las voces, por qué ocultarlo. Mil veces me han dicho que esto es para hombres, pero no, porque soy yo y estoy ahí­ gritando y esa es la única respuesta a cualquier cuestionamiento. Nuestra música es difí­cil de entender en la voz, pero sólo quiero dar un mensaje positivo y hablar de que hay un ser supremo que te quiere como sos y que nos quiere llenar, mis gritos son en agradecimiento a lo que Dios hizo por mi», manifiesta.

CAMBIOS Y EXPECTATIVAS EN LA CULTURA METALERA

William Ramí­rez, publicista y Editor General de la revista electrónica de contenido musical La Zona Radical, explica que en general, la participación de mujeres en la rockera inicia «como una representación más agresiva de la música» en New York a principios de los años setenta con Patti Smitth, con una tendencia Punk, y en el Hard Rock con bandas como The Runaways, The Black Hearts, Heart, un poco más por la lí­nea de Led Zepelí­n. Años más tarde comienza el auge del Metal con participaciones femeninas con bandas como Lita Ford y Schoolgirls, y en Europa en grupos como Warlock y Holy Moses, como primeras representantes del Thrash Metal.

El entrevistado añade que al principio el Rockanrol era disfrutado tanto por hombres como por mujeres, pero a principios de los sesentas, con el surgimiento de bandas como The Who (cuya propuesta era muchí­simo más cruda y ruda) «vemos que el elemento masculino se identificaba más y la música de entonces era completamente una descarga de testosterona y la mayorí­a del público era masculino, las mujeres en esa época se limitaban a hacer audiencia, pero no se acercaban tanto», indicó Ramí­rez, y agrega un dato importante, y es que al inicio de la aparición en escena de las mujeres que hací­an Rock y Metal, la participación era muy ruda y urbana: «Vemos más bien tendencias masculinas dentro de las participaciones femeninas», enfatiza.

Ramí­rez añade que la contraposición al hecho de ver mujeres con actitudes más masculinas comienza con el auge y popularización del sonido gótico: «Ahí­ encontramos voces femeninas, en contraste con voces guturales masculinas, sonidos sinfónicos dentro del sonido del Metal. Creo que es justo ahí­ donde esa música empieza a hacerse más sublime y más interiorizante y en mi opinión, ahí­ es donde la mujer representa más excelsamente el rol de mujer dentro de ese género».

Finalmente, el entrevistado calificó de «positivos» esos cambios y movimientos dentro del Metal: «La sensibilidad femenina es importante como una manifestación artí­stica y creo que ellas nos van a dar una perspectiva diferente y nos van a hacer viajar a otros lugares donde no habí­amos llegado hasta el momento quizá por tener una visión más restringida y más establecida de lo que era el Metal hasta el momento», considera, pero enfatiza: «esperamos que este sea el principio de más mujeres que se atrevan a expresarse y no solo hacer la copia de lo que ven en la televisión o en internet sino que aporten con su propia perspectiva y visión y nos hagan descubrir cosas nuevas dentro de esta música», expresó.

No tenemos miedo


Dentro de las propuestas femeninas del rock y Metal, existe una singular banda llamada Miss Lilith, conformada en 2005 por Carlotta en la baterí­a, Laura en la Guitarra y Leny en el bajo. Con 23, 22 y 23 años respectivamente, las integrantes de esta banda han irrumpido dentro de un sonido Metal alternativo progresivo, con elementos muy variados e interesantes dentro de sus composiciones.

Pregunta ¿Cuándo comienzan a interesarse por la música y por este género?

Respuestas. Carlotta: cuando cumplí­ 18, ese fue mi regalo (Baterí­a); recuerdo que querí­a una baterí­a desde los 11 años, pero tal vez por los recursos no me la compraron… Vi entonces que no habí­a mujeres bataqueras (bateristas) en el medio, entonces eso como que te motiva a ser pionera en cierta forma.

Laura: A mi a los once me compraron una guitarra porque la pedí­, luego me metí­ a clases de flamenco y después ya agarré por el rollo Rock.

Leny: En mi caso, mi primo tení­a una banda y me dijo que les hací­a falta un bajista, yo no tení­a ni idea (tení­a 17 años), entonces les dije: bueno, tráiganme el bajo y así­ fue como comencé.

P. ¿Qué factores incidieron en la decisión de formar una banda?

R. Carlotta: porque no hay, es diferente el ambiente que tenemos todas juntas, hay más confianza, congeniamos en estilos de música (?) aquella (Laura) no querí­a tocar covers y nosotras sí­, y que la música que escuchamos era bien diferente pero al fin congeniamos.

P. ¿Cuáles consideran que son los elementos femeninos inmersos en la música de Miss Lilith?

R. Laura: Para empezar? el nombre (risas).

Carlotta: Los matices musicales, creo que no somos tan cerradas, tenemos mente un poco más abierta; hay músicos que tienen mente abierta, pero se cierran en un tipo de música en cambio nosotras, tratamos de incluir un poco de blues, un doble (bombo) que le da un sentido como muy metaloso, incluso algo de Funk. El hecho de ser mujeres creo que nos da como más variedad, porque no tenemos miedo? y no es que los hombres tengan miedo? (risas)

Leny: Yo creo que el hecho que seamos mujeres nos permite no quedarnos enclaustradas en un género, como la mayorí­a de chavos que se van a ver fresas tocando pop, por ejemplo, entonces el hecho de ser mujeres nos da ese chance de no tocar una cosa u otra.

P. A los conciertos de rock va una mayorí­a de hombres y toca una mayorí­a de hombres, ¿Cómo ha asimilado eso Miss Lilith?

R. Leny: En general nos han tratado bien, lo que sí­ pienso es que la mayorí­a no tiene muchas expectativas hacia nosotras por ser mujeres. Hemos tenido una buena aceptación, es decir, no nos han tratado mal?

Carlotta: ?pero tal vez es por lo mismo de ser mujeres, ¡entonces eso es discriminación! (risas)

Leny: El punto es que no nos tratan mal pero tienen pocas expectativas, des el principio creen que por ser mujeres no vamos a tocar tan bien.

Laura: Una vez fuimos a un lugar y el chavo de la barra se nos quedó viendo así­ como que «Â¡qué puchicas!», pero después que tocamos ya tranquilos todos.

Carlotta: Hay hombres que si son bien pesados y creo que sí­ es por eso.

P. ¿Y cómo absorben ese tipo de estereotipos hacia las mujeres?

R. Carlotta: La verdad es medio inspirador, el hecho que te digan que no tocás bien, al contrario son como metas que nos podemos y el hecho que nos critiquen aunque sea de mala manera como dirí­an algunos, nos hace crecer como músicas.

Leny: Yo he visto que el hecho de ser mujeres tiene pros y contras y a veces el tema es que nos van a ver solo porque para ver «como nos miramos», «qué look tenemos», en general no hemos tenido una mala aceptación pero estamos conscientes de que tenemos que trabajar un poco más en pulirnos para que la música suene más limpia; en general creo que el concepto les gusta, pero tenemos que trabajar para que sea más profesional.

P. ¿La música de Miss Lilith reivindica ese espacio de las mujeres?

R. Laura: Yo creo que la música no es hecha por mujeres o hecha por hombres sino hecha por gente, humanos, lo que sea; entonces Miss Lilith no se tira a un género?

Leny: No escribimos sobre un género, porque no somos feministas ni nada, simplemente hablamos de cosas cotidianas.

Laura: Sí­, no es que estemos inculcando a que nos den todo o algo así­ (risas), nuestra letras tiene que ver más que todo con sentimientos, no necesariamente amor y odio sino sentimientos en general.

Carlotta: ¡Conciencia social también!

Sí­ se puede


Poetry es el nombre que cuatro jóvenes artistas guatemaltecas le dieron a su banda que mezcla la agresividad del Nu Metal, con cantos guturales, y algunos toques góticos. Poetry fue conformada en junio de 2008 por Leny, Guitarrista; Eva, Bajista, «Kitie», Baterista y Mili, vocalista; sus integrantes tienen 21,22, 16 y 19 años respectivamente. Y sus gustos musicales inician a muy corta edad por influencia, algunas por influencias familiares y otras por amigos. Las Poetry conversan sobre cómo les ha ido en todo ese proceso.

P. Cuéntennos cómo ha sido todo ese proceso y sin han encontrado obstáculos.

R. Eva: Nuestro problema más grande era que no tení­amos nada, ni instrumentos ni dinero, y tení­amos que alquilar un cuarto y ahí­ ensayábamos poco tiempo porque no tení­amos dinero para ensayar más.

Leny: Por el hecho de ser mujeres creo que nos han respondido bien porque hemos ido a tocar a varios lados y nos han apoyado; pero ser una banda de chavas llama más la atención y eso es una gran responsabilidad porque hay más ojos viéndote.

Eva: La primera impresión es difí­cil, porque todos se preguntan ¿a qué sonará?, pero luego que nos escuchan ya se quedan tranquilos (risas).

Leny: Usualmente esperas que cuando toque un grupo de hombres por ejemplo el doble bombo lo agarren a doscientos cincuenta, pero creo que con los años vamos a ir viendo como va respondiendo la gente.

P. ¿Pero cómo asimilan los obstáculos que se dan por el hecho de ser mujeres?

R. Leny: Llama la atención más que seamos mujeres, que el hecho que seamos buenas músicas y eso es frustrante porque, por ejemplo yo sé que para ser buena tengo que pasar como mí­nimo ocho horas digitando (en la guitarra) hasta que salga algo, y para que lo primero que vean en una banda de chavas sea quien está bonita… son pocas las personas que te dicen: «qué buenos riffs» o nos dan una crí­tica constructiva.

Mili: Pero a la vez eso nos sirve. Y no es que esté bien, pero, si nos invitan a tocar solo por ser chavas pues será en el escenario donde les vamos a demostrar que no sólo somos muchachas sino que estamos haciendo música de verdad.

P. ¿Qué opinan de la participación de las mujeres en general?

R.Eva: Creo que es la misma mujer la que se limita, claro, la sociedad se ha encargado de bloquear a las mujeres, pero en parte creo que es la misma mujer la que se limita, porque una no tiene por qué dejarse y debe luchar por lo que quiere. El machismo existe si la mujer lo permite.

Leny: En mucho, todaví­a las mujeres están como muy rezagadas al hecho de que la mujer es la que tiene que quedarse en la casa y ese tipo de cosas. En este medio pues nos apoyamos entre bandas y entre nosotras, pero fuera de él, creo que sí­ hay muchas limitantes.

Mili: Por ejemplo, en mi casa tuvimos ese tipo de limitaciones porque mi papá siempre me dijo que solo las mujeres «de la vida alegre» salen en la noche y a tocar a los bares?

Kitie: Sí­, a nosotras era nuestra madre la que nos llevaba a los toques.

Leny: Pero sí­ está mal que por ser mujeres te corten ese tipo de cosas en la sociedad. Musicalmente es bien difí­cil, incluso en otros medios como en la Universidad, encontrás choques por ser mujer, claro que no se comparan como los de hace diez o quince años, pero aún hay.

P. ¿Qué significa para ustedes ser pioneras en este movimiento?

R. Leny: Es una gran responsabilidad, hay muchas chavas que quieren entrarle a la música y tienen en el doble de obstáculos que nostras, pero nosotras estamos aquí­ para decirles que sí­ se puede. Además es hermoso porque el hecho de ser todas mujeres nos hace tener una conexión bien especial y eso lo reflejamos en el escenario.

P. ¿Cómo creen que esa esencia se refleje en la música?

R. Leny: En las letras, la sensibilidad que Mili le pone al cantar, ningún hombre le puede poner dulzura a la música y eso es algo que nosotras hacemos

Mili: Es pesado pero a la vez dulce?

Eva: Es bien especial cuando sacamos una canción nueva: una vez í­bamos todas mal, tristes porque todas tení­amos un montón de problemas; entonces aquella (Leny) empezó a componer un ritmo, Mili a hacer la letra y bueno, salió una canción y cuando terminó el ensayo salimos desahogadas, como si hubiéramos dejado todo en ella?

Kitie: Sí­, recuerdo que la ensayamos como cinco veces y las cinco veces casi llorábamos.

Leny: Y queremos que la gente sienta lo mismo.

Kitie: Yo pienso que para que una canción sea buena no tiene que ser complicadí­sima, creo que lo importante es que la gente que nos escucha reciba sentimientos y que digan que aunque no seamos malditas, les hicimos sentir algo.

P. ¿Qué le dirí­an a las jóvenes que comparten el sueño de tener una banda?

R. Kitie: Que se animen, que no se frustren ante ningún obstáculo.

Mili: Sí­, y si les dicen que no, que le saquen el dedo? (risas).

Eva: No importa lo que se de en tu entorno, mientras tengas las ganas y des el quinientos por ciento de ti, lo vas a lograr.

Leny: Que cada vez que te digan que no, eso te de fuerza para seguir adelante; que demuestren que de verdad quieren tomar ese puesto dentro de la música. En la época de la conformación del Metal, éste era un género tradicionalmente dominado por los hombres y siendo una música con tendencia agresiva no conseguí­a la simpatí­a de la audiencia femenina; quizá no las excluí­a a propósito, sino simplemente sucedió así­. Sin embargo, la bandera ya fue tomada por las mujeres y no están escatimando nada para dar todo de sí­ a este género que merece el respeto de cientos de miles de fanáticos y fanáticas alrededor del mundo, y de un buen conglomerado de guatemaltecos y guatemaltecas. Así­ que un agradecimiento especial a todas las músicas que hicieron posible este trabajo que es reivindicativo y rinde homenaje a todas aquellas mujeres que creen en la música, en general y en el Metal, en particular, como un medio sublime de expresión.