La selección argentina comandada por Lionel Messi tuvo un 2013 óptimo en resultados, pero no alcanzó para despejar las dudas que genera el equipo en defensa de cara al Mundial de Brasil 2014, el gran objetivo del mejor futbolista del planeta y de los millones de hinchas «albicelestes» que sueñan con el título.

«Que nos maten a todos, pero quiero salir campeón del mundo en Brasil», afirmó la «Pulga» por marzo, cuando la «albiceleste» aún no había logrado la clasificación. Habló como un hincha más, de esos que se ilusionan con ganar la Copa del Mundo en la tierra de su gran clásico sudamericano.

Con el correr de los partidos, Argentina se afianzó y ganó las eliminatorias con holgura, con un Messi capitán y ya sin discusión: fue ovacionado por el público cada vez que jugó en su país, algo que años atrás no sucedía de forma unánime. Recientemente el jugador admitió que eso le «dolía».

A diferencia de la agónica clasificación para Sudáfrica 2010, esta vez Argentina consiguió su pasaje a Brasil 2014 con dos fechas de antelación y habiendo perdido solo dos partidos de los 16 que jugó en las eliminatorias.

Junto con la clasificación anticipada, el crack del Barcelona comenzó a ser más cauto: «Para ser campeones del mundo nos faltan cosas», admitió tras convertir dos goles de penal en el triunfo por 5-2 ante Paraguay en Asunción, donde la «albiceleste» festejó la clasificación.

Acompañado por Ángel Di María, Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín, Messi lidera uno de los mejores ataques del mundo, lo que representa el gran fuerte de la Argentina.

Pero el equipo sufre de mitad de cancha hacia atrás y aún no logró una defensa que conforme a Sabella, que constantemente probó variantes a los largo de los 31 partidos que lleva al frente del seleccionado, en los que Argentina convirtió 62 goles y recibió 29.

El punto débil de la «albiceleste» es sabido por sus rivales: «Creo que podemos ganarles porque ellos no tienen una defensa sólida», dijo a la agencia dpa el bosnio Miralem Pjanic antes del partido que luego Argentina ganó por 2-0, a mediados de noviembre.

Precisamente Bosnia integrará el grupo F con la «albiceleste», Irán y Nigeria. Tras el sorteo del Mundial, en Argentina reinó el optimismo, la prensa habló de una zona «accesible» y «de grupo de la vida».

Carlos Bilardo, director de selecciones nacionales de Argentina, también se mostró contento y dijo qué el sorteo fue «fenómeno» para la «albiceleste».

Al margen de la defensa -un problema que la selección arrastra desde hace varios años- en los últimos meses se encendieron las luces de alerta por las lesiones de Messi.

El crack por estos días finaliza su etapa de rehabilitación con la expectativa de volver a jugar en la primera semana de enero. Y «que no pare más hasta Brasil», señaló el diario deportivo «Olé», en una expresión de deseo que comparten los hinchas.

Fernando Signorini, preparador físico que estuvo al lado de Messi en Sudáfrica 2010, consideró que la «Pulga» se verá favorecido por la pausa que le obligó su lesión, frente al «cansancio» con el que otras estrellas llegarán al Mundial.

«Que la lesión sea ocho meses antes del Mundial lo va a terminar favoreciendo porque le da la posibilidad de recuperarse en lo físico y lo mental», dijo a dpa Signorini.

Humberto Grondona, entrenador de selecciones juveniles, aventuró: «Recemos, prendamos una vela. Si (Messi) llega bien y bien rodeado, y el cuerpo técnico es inteligente y sabio, Argentina está en la final».

Incluso Diego Maradona vaticinó que la «albiceleste» repetirá el título que obtuvo en México 1986, cuando él era el capitán y el mejor futbolista del planeta.

«Argentina será campeona del mundo en Brasil», pronosticó el ex seleccionador argentino, que en Sudáfrica 2010 cayó ante Alemania en los cuartos de final.

La instancia de los últimos ocho se convirtió en un estigma para la «albiceleste», ya que no la supera desde Italia 1990, donde fue subcampeón. Sin embargo, la presencia de Messi ilusiona a los argentinos con llegar mucho más lejos en Brasil.