Una notable desaceleración económica en Europa empañó hoy una reunión de los mandatarios de Alemania y Francia, quienes intentan incrementar la colaboración entre los 17 países de la eurozona y poder superar con ello la crisis de la deuda soberana.
La reunión entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy en París tiene lugar tras una semana de agitación en los mercados financieros, atribuida en gran parte a la creciente deuda soberana europea y el temor generalizado de que sus dirigentes no hacen lo suficiente para enmendar la situación.
Además, tiene lugar un día después que el Banco Central Europeo reconociera que ha empleado más dinero que nunca para comprar bonos de algunos de los países más afectados, en cantidades sin precedentes.
Las escasas perspectivas de crecimiento económico de Europa hacen aún más difícil que los gobiernos puedan reducir sus deudas. En los 17 países de la eurozona la economía creció en el segundo trimestre un 0,2%, en contraste con la robusta expansión de Alemania en el primero, según estadísticas de la UE difundidas el martes.
«Cuando más siga aquejado el mercado de la deuda soberana, más será el daño de la economía en general», dijo el economista Lloyd Barton, de la firma Ernst & Young. «Un mayor deterioro de las condiciones financieras podría dañar severamente el panorama de toda la eurozona».
La noticia repercutió negativamente en las bolsas el martes y fue una prueba más de que la economía global ha perdido fuerza, tras el decepcionante ritmo de expansión económica en Estados Unidos en el segundo trimestre.
Los mercados financieros han sufrido últimamente una gran volatilidad, debido en parte a los temores de que Italia y España, la tercera y cuarta economía de la eurozona, quizá no puedan costear su deuda soberana.