La canciller Angela Merkel comenzó el nuevo año con mal pie: la funcionaria sufrió una dolorosa lesión al caerse mientras esquiaba en Suiza y debe guardar reposo al menos tres semanas, en las que gobernará la primera potencia europea prácticamente desde la cama.
La canciller de 59 años cancelará numerosos compromisos y viajes durante su recuperación, incluyendo una visita oficial a Polonia, explicó hoy el portavoz gubernamental, Steffen Seibert. Merkel realizará la mayor parte de su trabajo desde su casa y sólo atenderá compromisos puntuales en Berlín.
El accidente se produjo en los últimos días de 2013 en Engadin, este de Suiza, donde Merkel pasaba sus vacaciones por Navidad. «Se cayó mientras hacía esquí de fondo. Partimos de la base de que iba a baja velocidad», señaló Seibert sin precisar el día del accidente.
Merkel sufrió «una fuerte contusión asociada a una fractura parcial del cinturón pélvico posterior izquierdo». El portavoz explicó que «tendrá que reposar mucho durante las próximas tres semanas» y precisará un apoyo para ayudarse al caminar.
La canciller creyó en un principio que la caída sólo le había provocado una contusión muy dolorosa y volvió a Berlín antes de fin de año. El examen médico posterior realizado el viernes pasado reveló sin embargo que se trataba de una lesión más grave.
El cinturón pélvico consta de varios huesos unidos firmemente entre sí. Una fractura puede requerir una operación, pero Merkel sólo sufrió una fisura. La lesión, aunque muy dolorosa, se cura simplemente haciendo reposo para descargar la cadera.
«Los dolores remitirán con el tiempo, pero en el plazo de las primeras dos a cuatro semanas puede ser muy incómodo», explicó Julia Seifert, director médica del Hospital de Accidentes de Berlín.
Entre los compromisos que Merkel tuvo que cancelar por la lesión se encuentran la visita oficial a Polonia que tenía previsto realizar este miércoles y la recepción del nuevo primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, el jueves en Berlín.
Por el contrario, la jefa del gobierno alemán mantendrá un estrecho contacto por teléfono con sus ministros y el miércoles presidirá la reunión de gabinete habitual. Sobre el resto de su agenda se informará semana a semana, adelantó Seibert.
El accidente sorprendió a la líder cristianodemócrata (CDU) días después de asumir el 17 de diciembre su tercer mandato consecutivo al frente de una «gran coalición» con la oposición socialdemócrata (SPD).
Desde que llegó al gobierno en 2005, Merkel no había sufrido hasta ahora grandes problemas de salud que la alejaran del trabajo. En abril de 2011 tuvo que ser operada de la rodilla por un desgarro en un menisco, que sólo la obligó a llevar muletas unos días.
Sin embargo, no es la primera vez que el físico pone límite a las tareas de un canciller alemán. Ilustres predecesores de Merkel como Konrad Adenauer, Willy Brandt o Helmut Kohl tuvieron que reducir sus tareas o cumplirlas a distancia durante algunos días debido a problemas de salud o intervenciones médicas.