La canciller alemana, Angela Merkel, defendió hoy sus controvertidas promesas electorales y aseguró que si gana las elecciones generales del 22 de septiembre las cumplirá sin necesidad de aumentar los impuestos.
Durante los próximos cuatro a cinco años Alemania recaudará unos 50 mil millones de euros adicionales, calculó Merkel ante líderes empresariales reunidos en Berlín por el Día de la Industria alemana.
«Puedo volver a invertirlos sin necesidad de poner en riesgo mi objetivo presupuestario», añadió.
La jefa de la Unión Cristianodemócrata (CDU) abrió una polémica en Alemania al prometer en las últimas semanas que si consigue su tercer mandato mejorará diversas prestaciones sociales.
Sus planes, criticados como populistas e irreales por la oposición, podrían costar unos 30 mil millones de euros, según las estimaciones.
Sin embargo, Merkel aseguró hoy que ahorro e inversión no se contradicen debido a «la excelente situación del empleo», las bajas tasas de interés y las buenas tasas de crecimiento en Alemania.
La canciller insistió en que no subirá la carga fiscal para cumplir sus planes. Cualquier molestia a los ciudadanos pondría en peligro el crecimiento: «Por eso no subiremos los impuestos».
Su principal rival en las elecciones de septiembre, el socialdemócrata Peer Steinbrück, intentó dar en el mismo encuentro con industriales una imagen más austera y realista.
El gobierno «promete regalos electorales» por hasta 45 mil millones de euros «sin la financiación necesaria para sostenerlos», acusó. «Yo no puedo prometerles eso».
Los industriales, por su parte, pidieron a los políticos que no caigan en la tentación de ofrecer regalos electorales y que mantengan el ritmo de las reformas.
«Alemania es potente. Para seguir así, no debemos malgastar los éxitos de nuestras reformas», dijo el presidente de la Unión de la Industria Alemana (BDI), Ulrich Grillo.
El empresario consideró «errados» planes como un salario mínimo nacional, las ayudas para madres que cuidan a sus niños en casa, el impuesto al patrimonio o los topes para los precios de alquileres.
Además de Merkel y Steinbrück, al Día de la Industria fueron invitados otros políticos de primera línea como el ministro de Economía y vicecanciller, Philip Rösler, o el primer ministro de Baviera, Horst Seehofer.