Mercado de metales se reduce


Gritos, saltos, gestos frenéticos: la Bolsa de Metales de Londres (LME), donde se establecen los precios de los metales básicos, sigue llena de adrenalina, pero la crisis financiera ha suprimido el «apetito para el riesgo» y la recesión ha golpeado la demanda de metales.


En el ring, como se denomina el cí­rculo en medio del LME donde los operadores gritan y saltan, comprando y vendiendo cobre, zinc, estaño, entre otros metales básicos, la agitación es intensa, pero hay una inusual cautela, que no estaba presente antes.

«La crisis de crédito ha cambiado la mentalidad en el mercado, quizá para siempre, y ha eliminado el apetito por el riesgo. Hay una nueva cautela en las transacciones», dijo un operador, que pidió el anonimato.

Los operadores del LME anticipan también que la desaceleración económica mundial, que también ha alcanzado a China -cuyo consumo de metales cayó tras los Juegos Olí­mpicos de agosto del 2008 – impactará al mercado, al menos a lo largo de este año y el próximo.

El jefe del LME, Martin Abbott, subraya sin embargo que el volumen de transacciones en el mercado de metales no ha sufrido ni por la crisis financiera ni por la recesión.

«Los volúmenes de transacciones han aumentado en el último periodo», dijo Abbott, mientras explica los movimientos y gritos de los operadores en el ring, donde en unos breves minutos se establece el precio mundial de los metales básicos.

«El nivel de intercambios en el LME es alto tanto en periodo de crecimiento – donde hay una fuerte demanda de metales – como durante época de recesión, cuando las firmas que operan aquí­ tratan de protegerse del riesgo de una baja de los precios», dijo el responsable de este mercado, fundado hace 130 años en el corazón de la City londinense.

El LME registró niveles de operaciones récord en el primer periodo del 2008, con 54 millones de lotes negociados en contratos futuros y de opciones, lo que representa un aumento de 17,5 % de las cifras del 2007.

En valor, eso representa una cifra de negocios de 5,6 billones de dólares, y se anticipa que en 2008 la cifra superará los 12 billones de dólares, comparado con 9,5 billones de la misma moneda (93 millones de lotes) en 2007.

Pero los operadores del LME, que sólo hablan conservando el anonimato, no dejan que sus comentarios sean grabados y se llaman sólo por apodos raros, admiten el impacto de la crisis y de la recesión en el mercado de metales.

«Vamos a ver seguramente un cambio drástico en la manera de operar en los próximos años», coincidió otro operador, cuyo apodo es el nombre de un molusco marino. «Por ejemplo, en el LME se ha negociado siempre en base a lí­neas de crédito, pero esto va a cesar», aseguró.

Otra de las inquietudes en las firmas que operan en el LME es la reducción del apetito por los metales de China. Indican por ejemplo que las importaciones de cobre refinado por China – que es es el principal comprador de cobre – bajaron un 4% en agosto.

En los primeros siete meses del 2008, la demanda de cobre de China sólo aumentó un 5,8%, comprado con el aumento de 36% en el 2007, revelan cifras.

Según la analista Judy Hui-Zhu, del banco Standard Chartered Bank Limited, los precios del cobre para tres meses han retrocedido un 21% desde los récords de comienzos de junio, debido al aumento de la aversión por el riesgo entre los inversores y a causa de un retiro de capitales del mercado de materias primas.

Según esa firma, el aumento del crecimiento del consumo en China va a bajar a 7% en 2008, de 16,5% in 2007.

«El consumo de metales por China se ha reducido este año a causa de una desaceleración de su economí­a, los altos precios de las materias primas y una amplia oferta, lo que quiere decir que los consumidores han cesado de comprar en anticipación de que los precios puedan bajar más», explicó Perrine Faye, analista de la firma Basemetals.

Como el resto del mundo, el LME tiene su mirada puesta sobre si el Congreso estadounidense va a cerrar un acuerdo sobre el gigantesco plan de rescate financiero de Estados Unidos.

«Pero ese plan no va a cambiar nada a la situación de desaceleración económica mundial, que va a continuar», dijo un operador del LME.