Todo parece indicar que los llamados “voceros†de entidades oficiales se han dado a la tarea de equivocar palmo a palmo su papel informador o comunicador de la realidad de lo que ocurre en asuntos propios de su entidad. De esa cuenta se ha vuelto de lo más normal escuchar a un vocero municipal decir que el tránsito en determinado lugar está “bajo controlâ€, cuando quien escucha tremenda mentira lleva más de una hora inmóvil en ese mismo sitio. ¿Cuántas veces hemos escuchado del vocero de Conred dar los detalles de un reciente temblor, cuando su dependencia no cuenta ni con el más empírico aparato para medirlo científicamente pero, su afán protagónico lo lleva a repetir como loro el informe del Insivumeh?
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Hay que acabar con esa mala práctica. El oyente o lector de un medio de comunicación lo que espera es saber toda la verdad de los acontecimientos, no a medias, ni mentiras movidas por intereses creados. Con motivo de las fiestas navideñas seguimos leyendo o escuchando expresiones como estas: “Estamos fortaleciendo un plan de seguridad ciudadana†Yo pregunto: ¿cuál plan y cuál seguridad? Si cuando uno por fin encuentra a un par de policías parados en una esquina están abriendo la boca viendo pasar patojas o platicando por su teléfono celular. ¿Cuándo se les va a prohibir éstas y tantas más malas prácticas que apreciamos a diario?
¿A quién tratan de engañar las autoridades cuando nos dicen que los buses extraurbanos estarán bajo control durante las fiestas de fin de año, cuando nadie ignora que los mismos viajan sobrecargados, irrespetando las normas y reglamentos de tránsito, a excesiva velocidad y cobrando lo que les ronca la gana?; ¿por qué se anuncia con bombos y platillos que se está velando porque los expendios de artículos pirotécnicos sean seguros, cuando vemos cómo tantos compradores, con sus criaturas tomadas de la mano, lo hacen con un cigarrillo encendido en la boca?
Cuando estoy escribiendo este comentario tengo sobre mi mesa de trabajo un ejemplar de un folletín “El amigo del vecino†que describe dizque bondades de los servicios que la Municipalidad le presta a los residentes de la zona 1. ¿Irán a poder engañar a cientos o miles de ellos cuando seguimos padeciendo la tremenda inmundicia originada porque en afán politiquero, se sigue permitiendo que cualquier ciudadano se sienta con el derecho de poner cualquier tipo de negocio en las calles de la ciudad, contradiciendo toda norma sanitaria, ambiental y la más elemental lógica y buena convivencia?
Dentro de poco vamos a tener nuevas autoridades gubernativas, por lo que la población en masa debiera recordarle a todo aquel nuevo funcionario público, empezando por el primer mandatario, hasta llegar al más humilde de los empleados, que mentir es una mala práctica en el orden político, personal y social, como que la mentira solo engaña a quien la dice.