Por primera vez en 45 años, el homicidio ha desaparecido de la lista de las 15 causas principales de defunción en Estados Unidos, dijo ayer el organismo federal de salud.
Los homicidios bajaron en 2010 de tal manera que fueron desalojados del 15 casillero por una dolencia respiratoria llamada neumonitis, que afecta principalmente a las personas de 75 o más años.
Es la primera vez desde 1965 que el homicidio ha figurado en la lista, según los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
El informe anual de los CDC sobre las defunciones contiene varias noticias positivas:
—La mortalidad infantil bajó a 6,14 defunciones por cada mil nacimientos en 2010. El año anterior fue de 6,39.
—La media de vida en Estados Unidos para los niños nacidos en 2010 es de unos 78 años y ocho meses, poco más de un mes que la de los nacidos en 2009.
—Las dolencias cardíacas y el cáncer siguen siendo las más mortíferas, sumando casi la mitad de más de 2,4 millones de defunciones en 2010, pero el índice de esas causas sigue descendiendo.
El índice de fallecimientos en otras cinco categorías de muertes también descendió en 2010, inclusive los derrames cerebrales, dolencias respiratorias crónicas, accidentes, gripe/neumonía e infecciones de la sangre.
En cambio, el índice de muertes aumentó entre los pacientes de Alzheimer, la sexta causa de defunciones en el país, dolencias renales (octava causa), dolencias hepáticas crónicas y cirrosis (No. 12), mal de Parkinson (No. 14) y neumonitis.
Históricamente el homicidio ha figurado por abajo en la lista. Su puntuación más alta en la pasada década fue el 13er. casillero, en 2001 y ello fue debido en parte a los ataques del 9/11.
Los índices de homicidio han descendido en los últimos años en Nueva York, Detroit, Washington y otras grandes ciudades.
Baggish considera que ello se debe a un cambio de actitud sobre quién puede correr distancias largas. Hace apenas una década, los maratones completos se consideraban apropiados sólo para gente con una estupenda condición física. Pero recientemente, más personas consideran que esto es algo «que cualquiera puede hacer», e incluso que representa una actividad saludable que reduce el riesgo de insuficiencia cardiaca, explicó.
Así, esta actividad ha atraído a más gente con antecedentes familiares de insuficiencia cardiaca temprana, y «éstas son las personas que tienen probabilidades de meterse en problemas».
En los 31 paros cardiacos en los que fue posible para los investigadores el hallar una causa, la mayoría obedeció al taponamiento de arterias endurecidas o a la cardiomiopatía hipertrófica, un problema a veces hereditario, en el que un músculo inusitadamente grueso en el corazón puede interferir con el ritmo de bombeo de la sangre.
La mayoría de las víctimas desconocía sus problemas preexistentes, dijo Baggish.
Agregó que alentará a quienes buscan correr largas distancias a hablar con sus médicos sobre los riesgos cardiacos.
Gordon Tomaselli, presidente de la Asociación Estadounidense de Cardiología, consideró que el estudio es «tranquilizador», por hallar tan pocos paros cardiacos. Para la mayoría de las personas, «el correr un maratón en caso de que quieran hacerlo, resulta una idea razonablemente segura», dijo.
Tomaselli, cardiólogo de la Universidad Johns Hopkins, dijo también que los corredores deben prestar atención si sienten dolores en el pecho, mareos, asfixia o taquicardia al correr».
«Deben atender las señales de su cuerpo», dijo.
En el mismo número del Journal, otros médicos escribieron un reporte breve sobre el tratamiento de tres corredores que sufrieron infartos cardiacos luego de finalizar el Maratón de Boston, el año pasado. Ninguno sufrió paro y todos sobrevivieron.
«No queremos alarmar a la gente sobre los riesgos de correr un maratón. Los beneficios del ejercicio están comprobados», dijo uno de los autores de ese reporte, Navin Kapur, del Centro Médico de Tufts, en Boston. El reporte muestra que incluso los maratonistas experimentados pueden sufrir infartos cardiacos, algo que los paramédicos deben tener en mente si un atleta presenta síntomas de un problema con el corazón.