“Sabes que has tenido un padre…
¡Que tu hijo pueda reconocer también lo mismo!â€
William Shakespeare
Además del machismo, el idioma es una barrera para la enseñanza de planificación familiar en Guatemala, donde además del español, se habla garífuna y 22 idiomas mayas. El boletín de la ONU señala que «la población está aceptando» la orientación sobre planificación familiar que brindan las ONG reduciendo el número de hijos por pareja, pisando el freno demográfico a través de la promoción de la educación sexual y el acceso a métodos de planificación familiar, para contribuir a mejorar las condiciones de vida de su población, marcada por la pobreza y la desigualdad social.
El alto costo de la vida y la inseguridad, también han desincentivado los deseos de aumentar el número de hijos. Lo que contrasta con lo ocurrido el siglo pasado cuando era habitual procrear cinco o 10 hijos.
La tasa global de fecundidad en las mujeres de 15 a 49 años de edad bajó de cinco a 3,6 del decenio 1998-1999 al de 2008-2009, según la Encuesta de Salud Materno Infantil elaborada por el Ministerio de Salud y Asistencia Social.
El uso de métodos modernos y tradicionales de planificación familiar en mujeres en pareja de 15 a 49 años de edad aumentó 70 por ciento, al pasar en ese periodo estudiado de 38,2 a 54,1 por ciento, indica la medición realizada.
Esto puede ayudar a mejorar la condición de la familia, que tendrá más acceso a la salud, educación, comida y ropa.
La Ley de Planificación Familiar de 2009, permitió que la educación sexual llegue a la escuela y facilite el acceso a métodos de planificación familiar a través del Ministerio de Salud, y otras instituciones.
Sin embargo el boletín señala que: en 2009 se reportaron 41.529 partos en niñas y adolescentes de 10 a 19 años, mientras en 2010 subieron a 45.048, según datos del Ministerio de Salud, que dejan afuera de este conteo a los embarazos que no llegaron a término ni los atendidos por parteras a domicilio.
Uno de los problemas para el uso de métodos de planificación familiar especialmente en el área rural lo constituye el machismo. Las mujeres que pueden planificar cuándo y cuántos hijos van a tener disfrutan de una salud mejorada, experimentan menos embarazos imprevistos y tienen menos probabilidad de tener un aborto. Además, tienen más oportunidades educativas y de empleo.
Cualquier esfuerzo en educación de la salud sexual y planificación familiar para buscar una mejor calidad de vida, evitara los partos prematuros, las muertes maternas, el VIH, abortos y embarazos no deseados.