Menores de edad armados, un verdadero peligro en el paí­s


Entre la vorágine delincuencial que existe en Guatemala -como en cualquiera otro paí­s del mundo- la población catalogada como «menores de edad» (menos de 18 años) tiene una participación de mucha incidencia en la comisión de delitos; en principio porque actúan confiados en que por ser menores de edad, tienen la calidad de inimputables, a su vez, los mayores que en su caso los dirigen, lo saben y se aprovechan de tal circunstancia.

Fernando Mollinedo

A través del tiempo en Guatemala, y con el pasar de los años, hemos visto la forma en que se han desarrollado las pandillas delincuenciales denominadas «maras» en la ciudad de Guatemala, municipios vecinos, ciudades y aldeas departamentales, donde también este flagelo está presente.

El dí­a jueves de la semana pasada fueron capturados en la colonia Toledo zona once, dos menores de edad, quienes fueron perseguidos por la policí­a después de asaltar a cuentahabientes de una agencia bancaria ubicada en la zona nueve, enfrentándose a balazos previo a su captura. Se les incautó un fusil de asalto AR-15 con varios cartuchos útiles, además del vehí­culo en que se conducí­an el cual fue robado.

Según informaciones periodí­sticas, desde la toma de posesión del nuevo gobierno hasta el dí­a sábado 19 la Policí­a Nacional Civil ha incautado 19 fusiles AR-15, más otros de diferentes marcas con los cuales suman 60 fusiles. Y como total de la incautación se informó de 1,100 armas entre ellas pistolas, escopetas, revólveres y ametralladoras mini Uzi.

La conducta manifestada por los menores de edad que comenten actos delictivos, en términos generales se puede clasificar como psicópata, es decir, que no tienen miedo a la autoridad, ni a las consecuencias ni a lo que pueda suceder con su vida. El caso de estos muchachos vuelve a presentar un nuevo paradigma que DEBE SER ABORDADO por la actual legislatura, en el sentido de promover algunos cambios en la codificación penal respecto a la transgresión de la ley por parte de los menores de edad.

Este fenómeno delincuencial se manifiesta en todos los estratos sociales de Guatemala; porque sus padrinos (narcotráfico, delincuencia común, delincuencia organizada y asociaciones ilí­citas emergentes) tienen la capacidad económica de adquirir armas y proporcionarlas a los menores de edad, quienes en su afán de aventura y deseo de demostrar su valentí­a, hacen uso de ellas para cometer actos de sicariato y «ganarse el respeto» del grupo delictivo al que pertenecen o están por ingresar.

Ojalá que TODOS los/as diputados/as se percaten de este fenómeno y traten de resolverlo con la ayuda de sus innumerables y bien pagados asesores en vez de perder su tiempo en discusiones estériles que le cuestan mucho dinero al pueblo contribuyente. En este caso, LA PATRIA SI SE LOS AGRADECERí.