Menchú: Queremos hacer movimiento en este paí­s


Dispuesta a terminar con el fantasma de que serí­a devorada por los ladinos y los criollos si se lanza a la Presidencia de la República, Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz, anunció que no hay marcha atrás, su candidatura es un hecho y para lograr su objetivo ha intensificado sus acercamientos con Encuentro por Guatemala, la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, URNG, y otros partidos pequeños, tales como CASA que le permitan contar con la estructura para alcanzar la primera magistratura del paí­s.

Lucy Barrios

¿Cómo se lanza Rigoberta Menchú a una campaña presidencial sin partido polí­tico?

El movimiento polí­tico Winaq reivindica la participación en el quehacer polí­tico, el diálogo, la negociación. Que hermoso es pensar que nosotros empezamos en estas condiciones, con un movimiento que esperamos que juegue un papel fundamental en los próximos años, que a través de él participe nuestra gente que se ha sentido excluida, los que han estado fuera. Podemos decir que los que hemos estado fuera de la vida republicana de Guatemala, en 200 años, nos sentimos hoy actores de este proceso.

¿Existen las condiciones que le permitan buscar la Presidencia de la República?

A lo largo de estos últimos diez años de posguerra, de posconflicto armado, los ojos de muchas expresiones de la comunidad internacional nos están observando para confirmar si realmente hemos madurado como un paí­s pací­fico, en el que prevalece la negociación y el diálogo. Avanzamos o vivimos con nuestros espantos en la cabeza, especialmente en la sociedad más privilegiada, que posee evidentemente la mayor cantidad de recursos. Ellos deben tener la capacidad de ser actores tolerantes, respetuosos, con mí­stica y valores.

Algunos sectores empezaron a cuestionar su candidatura, dicen que busca favorecer a determinado sector social que adversa una candidatura presidencial, ¿es cierto?

Es un termómetro bajo todo punto de vista. A mí­ me alegra que nos toca protagonizar ese espacio y lo hacemos con mucha humildad. Nuestra gente está viviendo hambre, está al margen de todo, hay una inseguridad que le hace perder la esperanza todos los dí­as, en ese caudal de exclusión ya no podemos transitar, sinceramente ya no aguantamos pasar por ese camino, el rí­o tiene que aumentar su cauce.

Habla que han vivido muchos años de exclusión, ¿el movimiento es eminentemente indí­gena?

Tenemos el reto de demostrar que no somos iguales con los otros que nos han hecho a un lado, que nos han humillado, que nos han subestimado, que han impuesto su fuerza, su poder o el poder de su palabra. No somos lo mismo y no vamos a ser lo mismo, ese es el reto.

Los dirigentes indí­genas que estamos aquí­, hombres y mujeres, hemos pasado largas luchas, sufrimiento, dolor; hemos perdido nuestros seres queridos. Winaq no distingue sexo, raza, color, es el ser humano integral, su concepto es un protomaya. Para que seamos completos, integrales, es importante una visión humanista de la sociedad.

¿Qué los diferencia de las otras 19 propuestas polí­ticas?

Somos un movimiento social, por eso nuestro nombre es movimiento y queremos hacer movimiento en este paí­s. Tenemos la ventaja de no contar con empresas al lado que nos van a traer el servicio, no tenemos los medios para que nos saquen la mejor propaganda, eso que a veces a nuestros hermanos que lo tienen a mano los hace no necesitar de personas, sino de empleados.

Usted se ha reunido con Encuentro por Guatemala y URNG, ¿busca aglutinar al movimiento de izquierda, cuál es la ideologí­a de su agrupación?

No vamos a permitir el aprovechamiento de los extremos, los extremistas hacen daño, destruyen la cordialidad, los valores. Quisiéramos ver el equilibrio, que participen con nuestros profesionales, gente que ha cultivado y construido el paí­s, que sea incluyente, respetuoso. Estamos cansados de gente intolerante, queremos gente de respeto. Creo que esa empresa que va a necesitar de la gente es lo que nos hace posible dialogar.

Tenemos derecho a participar, a ser electos, a elegir, derecho a que tengamos seguidores, a que participen con nosotros los que crean en nosotros.

¿Cómo se perfilan las negociaciones con esos partidos polí­ticos?

Hemos puesto los puntos más álgidos en la mesa, esperamos llegar a consensos, a algún punto de convergencia. Nosotros no nos hemos cerrado a otros partidos pequeños, ojalá que tengan una flexibilidad y puedan participar por un proyecto nacional. Todaví­a no hay un acuerdo de cuántas fuerzas podemos ir pero sí­ tenemos la decisión de participar, eso sí­ es una decisión definitiva.

O sea que no hay marcha atrás, ¿Rigoberta será candidata a la Presidencia?

Sí­, si eso es lo que han decidido los compañeros y compañeras del movimiento polí­tico Winaq. A mí­ me han dicho que hoy es hoy, no mañana, sino es hoy. Yo nunca ambicioné la Presidencia por ambicionarla, pero sí­ quiero representar una colectividad porque soy producto de la colectividad.

La sociedad guatemalteca es muy machista, ¿evaluó esa situación, no tiene temor?

Mi condición de mujer me deja sentir mucho orgullo, yo sé que muchas mujeres guatemaltecas que han luchado y batallado están contentas, felices con mi participación. Creo que es un reto. Todos los que tienen temor es porque algo han hecho mal, yo pido que nos den la oportunidad de cometer errores.

¿En qué se diferencia el movimiento de Rigoberta Menchú con el del presidente Evo Morales?

Bueno, Evo Morales está en Bolivia, tiene otros problemas extraordinarios y también potencialidades, ahí­ ha existido una historia de lucha propia. Yo dije en Bolivia -cuando fui a la toma de posesión del señor Evo Morales- los errores de ustedes van a ser una mina de oro para nosotros, también sus aciertos; talvez otros hermanos indí­genas del continente estén diciendo lo mismo con nosotros.

Nosotros no podemos decir que somos perfectos, consideramos que podemos ser una voz de esperanza en medio de una abrumadora situación negativa por la pobreza, por la inseguridad que hay en el paí­s; la humildad es la que a nosotros nos ha caracterizado.

Usted conoce que para poder mantener una campaña importante se necesita de apoyo financiero, ¿cómo va a ser su relación con el sector privado, ya se acercó a ellos en busca de apoyo?

Más bien, ellos tienen que acercarse acá. A los partidos polí­ticos no los hemos ido a buscar, ellos han venido a nosotros, quisiéramos que vinieran todos. Nosotros estamos abiertos a una relación con todos los sectores del paí­s.

¿Nadie se ha acercado hasta el momento?

No, hasta este momento no, más que la mediana empresa, los hermanos indí­genas que tienen un éxito económico individual o colectivo. Nosotros confiamos en ellos también.

Yo quiero botar un fantasma, durante muchos años me han dicho si te lanzas a la Presidencia, los ladinos, los criollos, los empresarios, te van a devorar, te van a atacar y hasta te pueden matar, pero creo que es el momento de decir que todos esos fantasmas no son así­.

Hay una muestra de respeto muy grande que estamos viviendo, no necesariamente vamos a tener miedo porque no tenemos dinero, yo tengo unos caites muy buenos y me los voy a gastar en esta campaña. Creo que hay que llegar a la gente.

¿Por último, qué piensa la comunidad internacional de su candidatura?

Tuve una reunión con representantes de la comunidad internacional. Hay que pensar que los ojos no sólo son nuestros sino también hay ojos del mundo que nos observan y con mayor responsabilidad, hay que ser serios.