Memoria de delfín. El sorprendente reino animal


EDUardo-Blandon-2013

Tener memoria de elefante ha sido uno de los más grandes halagos que alguien pueda recibir.  Al menos hasta el pasado siete de agosto, cuando una investigación científica confirmó que la memoria del paquidermo es poesía barata si se compara con la de los delfines.

Eduardo Blandón


El trabajo indica que los delfines son capaces de reconocer un congénere después de veinte años de separación.  Este atributo lo convierte en el animal de más larga memoria social jamás registrada.  Los elefantes son reputados por no olvidar nunca uno de los suyos, pero, al decir del autor del estudio, Jason Bruck de la universidad de Chicago, solo se trataría de “pruebas anecdóticas”.
     Los biólogos descubrieron que los delfines guardan en su memoria el silbido original (único) de sus congéneres, lo que les permite reconocer en el tiempo ese rasgo característico.  Según el investigador, los delfines muestran un nivel de reconocimiento “muy comparable a la memoria social del hombre”.  Incluso, agrega, el reconocimiento puede ser más durable entre los delfines, pues el silbido de ellos es más estable a través del tiempo que los rostros humanos que cambian con los años.
     ¿Increíble, no?  Cierto.  Tan increíble como eso de que los perros sueñan o que solo el tres o cinco por ciento de los animales son monógamos.   Con el tiempo, vamos descubriendo que el reino animal es mucho más complejo de lo que suponíamos ingenuamente y que nos falta mucho aún por descubrir.
     Es muy probable que la desaparición de una especie de antropocentrismo (producto quizá de un cristianismo mal comprendido) traiga como elemento positivo abrirnos a las demás especie.  Dicha apertura permitiría situarnos en una adecuada relación con otros para ocupar también el lugar que nos corresponde.
     Conocer mejor el reino animal nos puede sugerir claves de comprensión.  En este sentido, trabajos como los de Charles Darwin o Desmond Morris (para poner dos ejemplos rápidos), pueden ser interesantes para entender nuestras raíces biológicas.  Sin este saber estaríamos condenados al desconocimiento de nuestra verdadera naturaleza.
     Por esto no puede dejar de ser interesante eso de la memoria de los delfines ni lo que tanto se dice respecto al comportamiento homosexual de los animales.  Según Wikipedia, que cita al investigador Bruce Bagemihl, el “comportamiento homosexual, no necesariamente sexo, ha sido observado en casi 1 mil 500 especies, desde primates hasta parásitos intestinales, y está bien documentado para unas 500 especies”.