Mel Zelaya formará milicias en Nicaragua


FOTO LA HORA: AFP ALFREDO ESTRELLA

Un seguidor del Presidente depuesto exige el retorno de Mel al poder, durante las manifestaciones en la comunidad de Las Manos, en Nicaragua.» title=»FOTO LA HORA: AFP ALFREDO ESTRELLA

Un seguidor del Presidente depuesto exige el retorno de Mel al poder, durante las manifestaciones en la comunidad de Las Manos, en Nicaragua.» style=»float: left;» width=»250″ height=»166″ /></p>
<p>El derrocado presidente de Honduras Manuel Zelaya anunció que intentará regresar en los próximos dí­as a Tegucigalpa acompañado de un «ejército popular» de seguidores, con el aval del gobierno nicaragí¼ense de Daniel Ortega.</p>
</div>
<p> <span id=


«En los próximos dí­as, yo quiero regresar a Tegucigalpa, es cierto, con un acuerdo polí­tico. Pero quiero regresar porque el pueblo ganó la batalla», anunció Zelaya anoche en Nicaragua, ante cientos de partidarios reunidos en la ciudad fronteriza de Ocotal, 226 km al norte de Managua.

El plan, según dejó entrever, busca negociar, con una posición de fuerza, su retorno con el gobierno de facto de Roberto Micheletti, con el apoyo de la comunidad internacional, a la que ha pedido que incremente la presión contra los golpistas que lo desplazaron del poder hace 32 dí­as.

«No hay una fecha determinada (para mi regreso). Se está haciendo la presión necesaria para lograr el acuerdo» con los golpistas, dijo. «Se está realmente hablando a nivel internacional y de Honduras», agregó, sin ofrecer detalles de las supuestas negociaciones que impulsa desde el extranjero.

Su vicepresidente, Arí­stides Mejí­a, pidió el miércoles en el marco de la Cumbre de Tuxtla -que reunió a presidentes de Centroamérica, Colombia y México en Costa Rica- a «los paí­ses amigos que son fuertes en Latinoamérica como México, Argentina, Colombia, que redoblen esfuerzos para» revertir el golpe en Honduras.

De manera paralela, Zelaya instaló un centro de operaciones en Ocotal, un municipio fronterizo que está controlado por el gobernante Frente Sandinista (FSLN, izquierda), que le ha facilitado albergues y comida a sus seguidores, que llegaron a respaldar su lucha.

«Por eso es importante quedar en la filas de la organización, pueden apuntarse con un seudónimo» porque va a ser «la milicia popular que va a cuidar al presidente en su retorno, son ustedes compañeros», dijo Zelaya, quien, según fuentes de su seguridad, viajó en la madrugada de este jueves a Managua, aunque tení­a previsto regresar a Ocotal a lo largo de la jornada.

Este será «el ejército del pueblo, el ejército que cuidará al presidente de la República», insistió a sus correligionarios, a quienes prometió recompensarlos cuando recupere el poder.

Alrededor de 300 hondureños, la mayorí­a hombres de origen campesino, se encuentran asentados en Ocotal en apoyo a Zelaya, quien busca para ellos la protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Una delegación de Naciones Unidas, entre ellos representantes de ACNUR, visitó el miércoles la frontera nicaragí¼ense para conocer las condiciones en las que se encuentran los partidarios de Zelaya.

Zelaya dijo que los entrenamientos se realizarán en fincas que adquirirá cerca de la frontera entre Nicaragua y Honduras, donde aparentemente planea quedarse un buen tiempo, a pesar de las acusaciones de la oposición de violar la soberaní­a nicaragí¼ense.

El depuesto gobernante dijo tener información de que muchos oficiales y capitanes de las fuerzas armadas de Honduras lo respaldan.

«Que no le quepa la menor duda que en cualquier momento jóvenes oficiales militares afectados por el golpe amarrarán a Romeo Vázquez Velásquez», advirtió Zelaya en referencia al jefe del Estado Mayor del Ejército hondureño, que lo expulsó del poder y del paí­s el 28 de junio.

Zelaya anunció que en las próximas 48 horas tendrá muchas actividades, pero que su prioridad es iniciar la preparación de sus milicias e intentar que su esposa Xiomara Castro cruce la frontera para reencontrarse con él.

PROPUESTA Gobierno de facto invita a misión


El Congreso hondureño debatirá hoy un informe sobre la propuesta del mediador Oscar Arias para superar la crisis, en tanto el gobierno de facto de Roberto Micheletti busca frenar la presión internacional sugiriendo el enví­o de una misión para un diálogo de conciliación.

Por su parte, el depuesto Manuel Zelaya anunció que creará un «ejército popular y pací­fico» para presionar por su retorno.

El Congreso hondureño planea debatir este jueves un informe de una comisión legislativa sobre la propuesta del mediador de la crisis, presidente costarricense Oscar Arias, aunque el Tribunal Supremo Electoral ya descartó el punto de adelantar los comicios.

Mientras arrecian las condenas al golpe, Micheletti buscó frenar las presiones externas y propuso el miércoles al presidente costarricense Oscar Arias que enví­e a Tegucigalpa una comisión para emprender un diálogo interno de conciliación.

«Este diálogo, esta comunicación efectiva, debe incluir a todas las partes de la sociedad civil: iglesias, gremios, grupos estudiantiles, asociaciones de empresarios, medios de comunicación, sindicatos, universidades», anotó un comunicado divulgado por la Casa Presidencial.

Estos llamados al diálogo de Micheletti, que no ha aceptado la propuesta que Arias entregó hace ocho dí­as aunque la ha elogiado profusamente, buscan «ganar tiempo» para que llegue la fecha de las elecciones y asuma un nuevo gobierno en enero, dijo un diplomático extranjero en Tegucigalpa.

Micheletti podrí­a recibir un duro golpe este jueves si el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), con sede en Tegucigalpa, acepta la petición de la delegada hondureña Sonia Dubón -nombrada por Zelaya- de que suspenda los desembolsos a Honduras.

«Se presentó una solicitud para la suspensión de los desembolsos hoy (miércoles) pero se amplió la sesión para mañana (jueves), cuando se tomará una decisión», dijo la portavoz del organismo, Ivonne Jiménez.

Funcionarios de Micheletti fustigaron a Dubón y amenazaron con retirar los depósitos hondureños del BCIE, aunque no está claro que puedan hacerlo, pues se trata de un organismo conformado por los paí­ses del istmo, que no reconocen al régimen de facto hondureño.

Mientras, Zelaya anunció que este jueves comenzará a organizar en la frontera nicaragí¼ense un «ejército popular y pací­fico» con hondureños leales, para tratar de regresar a Honduras a revertir el golpe de Estado que lo sacó del poder el 28 de junio.

«Mañana (jueves) empezamos la etapa de capacitación, formación, entrenamiento y vigilancia de este ejército popular y pací­fico que necesita Honduras para defender sus derechos», afirmó Zelaya, durante un mitin con 300 partidarios en la ciudad de Ocotal, cerca de la frontera.

Por su parte, los gobernantes del grupo de Tuxtla, formado por los centroamericanos, México y Colombia, condenaron «enérgicamente» el derrocamiento de Zelaya y dieron total apoyo total al plan de Arias, durante su cita en Costa Rica.

«El Acuerdo de San José sigue vivo (…). Estamos a tiempo todaví­a», subrayó Arias, en su discurso central del cónclave, celebrado en un complejo turí­stico de Guanacaste, 270 km al norte de San José.

El plan de Arias establece la restitución de Zelaya, su renuncia a reformar la Constitución, un gobierno de unidad nacional y el adelanto en un mes de las elecciones del 29 de noviembre entre otros puntos.

La comunidad internacional ha advertido que no reconocerá los comicios si son realizados bajo el gobierno de facto, mientras empresarios hondureños estimaron en 105 millones de dólares las pérdidas por un mes de huelgas y bloqueos de caminos (por parte de militares y de zelayistas).