Mejorar hacia el futuro


De cualquier situación crí­tica hay que extraer lecciones para mejorar hacia el futuro y la situación de emergencia que vivimos tiene que servir para que, a partir de ahora, tengamos mejor capacidad de respuesta frente a los desastres naturales. La Hora criticó severamente la incapacidad institucional que se mostró con la emergencia del huracán Stan, con la idea de que se aprendiera de la lección trágica que nos dejó ese evento meteorológico.


Hace algunos meses se publicó que Guatemala era uno de los paí­ses más vulnerables del mundo en el tema de las tormentas tropicales por la situación existente en muchos lugares donde la gente ha tenido que asentarse en laderas peligrosas. Se supone que tenemos un mapa más o menos preciso de los lugares de alto riesgo y el mismo describí­a claramente cuán grave era el riesgo para muchas familias. Lo que pretendemos nosotros es que ese mapeo sirva de algo y que en tanto no se pueda mover a todas esas personas a vivir en lugares menos peligrosos, por lo menos que exista un plan de emergencia que nos permita avisarles cuando se presentan situaciones que obligan a evacuar.

La experiencia demuestra que los paí­ses que tienen mejor sistema de prevención sufren menos el efecto de los daños causados por fenómenos naturales. Por supuesto que se tiene que entender que en esas condiciones siempre habrá ví­ctimas y damnificados y que así­ ocurre aún en los paí­ses más desarrollados del mundo. Pero la certeza de que los planes de prevención funcionan es de enorme importancia para realmente reducir los desastres y ese debe ser nuestro principal objetivo.

La vulnerabilidad del paí­s no se observa únicamente en las condiciones de las viviendas, sino que especialmente en la fragilidad de una infraestructura que colapsa cada vez que se presenta una tormenta, de esas que según los expertos cada vez serán no sólo más frecuentes sino que también más poderosas y devastadoras por el efecto que el cambio climático tiene.

Evaluar la acción de las autoridades es esencial dentro de un ejercicio de auditorí­a social para mejorar las condiciones y estar mejor preparados en el futuro para eventos que, se quiera o no, tendremos que sufrir. No es posible que un medio de comunicación haya advertido desde el viernes pasado que el peligro era más por el clima que por la erupción del Pacaya y que las autoridades no lo notaran, no obstante que disponen de todos los recursos e instrumentos para predecir el comportamiento climático. Señalar esas deficiencias nos tiene que ayudar a implementar planes de acción más concretos, con sistemas efectivos de alerta a la población, porque sin información no hay prevención.