Mejor lejos de EE.UU.


Un lugar para dejar automóviles inservibles en Baltimore, actividad que se ha incrementado ante la crisis económica en Estados Unidos. FOTO LA HORA: AFP Paul J. Richards

La incipiente recuperación económica divide a América Latina entre los paí­ses que pagan las consecuencias de su cercaní­a con Estados Unidos y los que se benefician de sus crecientes relaciones con China, la actual locomotora mundial, estimaron expertos el viernes.


«La economí­a estadounidense está mejorando, pero con muchas incertidumbres. El efecto sobre América Latina será diferente según el nivel de preparación de los paí­ses y su relación con Estados Unidos y Asia», dijo Nicolás Eyzaguirre, director del FMI para América Latina, en una conferencia en Estambul.

En sus previsiones, difundidas la ví­spera, el FMI anunció que la región empezó a recuperarse y alcanzará un crecimiento de 2,9% en 2010, pero con una gran disparidad entre los paí­ses como México que dependen ampliamente de Estados Unidos, epicentro de la crisis, y los que se beneficiaron, como Brasil, del rebote de sus exportaciones hacia China.

Mientras el gigante sudaméricano sufrirá este año una «moderada» contracción de 0,7% antes de crecer al ritmo de 3,5% en 2010, México -la otra mayor economí­a regional- padecerá en 2009 una fuerte recesión de -7,3% antes de subir a 3,3% el año próximo, pronosticó el FMI.

«Si no fuera por China, no se habrí­a registrado un crecimiento de la economí­a brasileña en el segundo trimestre», admitió Ilan Goldfajn, jefe economista del banco brasileño Itau Unibanco, en una conferencia organizada al margen de la reunión anual del FMI, que se celebra hasta el miércoles en Estambul.

Gracias a sus relaciones con Asia, donde se produjo un alza de la demanda de materias primas en el segundo trimestre, Brasil pasó a liderar la recuperación de la economí­a latinoamericana.

Goldfajn, ex vicegobernador del Banco Central brasileño, recordó que las exportaciones brasileñas hacia China «están superando exactamente en este momento las destinadas a Estados Unidos», algo inédito en la historia económica del paí­s.

El economista no dudó en pronosticar que la recuperación «dependerá de si el paí­s se encuentra demasiado cerca de Estados Unidos o no».

México, así­ como los centroamericanos y caribeños, de los cuales muchos tienen un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Washington, dependen no solamente de sus exportaciones a Estados Unidos, sino también, en mayor o menor medida, de las remesas de sus emigrantes instalados en la primera economí­a mundial.

David Robinson, vicedirector para América Latina del FMI, trató de recordar la importancia de la economí­a estadounidense para moderar el entusiasmo generalizado por China, que asumió este año el papel de locomotora de la economí­a mundial, con un crecimiento estimado en 8,5%.

Como ejemplo, el economista dijo que «un crecimiento del PIB potencialmente más débil de lo previsto en Estados Unidos, y también en algunos paí­ses de la Eurozona, afectará América Latina», subrayando que la economí­a norteamericana crece 6% menos de lo previsto en los próximos años, la región perderí­a un 3% de su PIB.

Robinson advirtió asimismo que las tasas de crecimiento de América Latina no volverán a alcanzar pronto los niveles que existí­an antes de la crisis, cuando la región acumuló casi seis años de bonanza económica, en gran parte gracias a las exportaciones de materias primas hacia Asia.

Goldfajn se declaró convencido, no obstante, de que la región saldrá ganando gracias a sus relaciones con China.

«La región ya parece prepararse para el dí­a en que el mundo se reequilibre hacia Asia», aseguró.