Medjugorje: fieles van a ver las «apariciones»


Decenas de miles de fieles católicos llegaron la semana pasada a Medjugorje, una localidad de Bosnia conocida por sus controvertidas «apariciones» de la Virgen, indiferentes a las polémicas y a la prudencia del Vaticano, que inició una investigación.


«Si hubiese esperado que el Papa y los obispos dijeran la última palabra sobre las apariciones de la Virgen, mi alma nunca hubiera encontrado la paz y la alegrí­a como las hallé en Medjugorje», confió con fervor Evica Sibelic, de 55 años, una croata llegada de Vukovar que se encontraba el lunes de mañana en la iglesia Sveti Jakov (Santiago).

En marzo, el Vaticano anunció la creación de una comisión de investigación internacional con la tarea de examinar las «apariciones» de Medjugorje (sur de Bosnia).

«Esta intervención del Vaticano es para nosotros algo excelente. Tenemos realmente la sensación, incluso la certeza interior de que la Santa Virgen está presente aquí­», declaró Roland Regnier, de 56 años, quien dijo haber hecho el viaje a Medjugorje en tres ocasiones desde 1987.

Según las diferentes estimaciones, casi un millón de personas procedentes del mundo entero llegan anualmente a Medjugorje, donde la Virgen habrí­a aparecido por primera vez el 24 de junio de 1981 a seis habitantes de la aldea.

Tres de ellos, que en esa época eran adolescentes, sostienen que actualmente tienen «encuentros» cotidianos con la Virgen.

«Es un don extraordinario, pero también una responsabilidad», declara Iván Dragicevic, uno de los testigos.

«No es fácil estar con la Madona todos los dí­as, hablar con ella, luego volver a tierra. En cada oportunidad necesito varias horas para volver a este mundo», relata Iván, actualmente hombre casado y padre de familia.

Los testigos de las «apariciones» son asistidos por curas franciscanos, pero su historia provoca airadas reacciones por parte de la jerarquí­a de la Iglesia católica local.

A fines de mayo, el obispo de la región, Ratko Peric, conocido por su rechazo al fenómeno de las «apariciones», llamó al orden a los curas franciscanos que dirigen la parroquia de Medjugorje.

«Nadie en la Iglesia nos ha pedido predicar sobre las «apariciones» que no han sido confirmadas (…). Si mañana el Santo Padre adopta otra actitud, la aceptaremos (…). Espero que esto sea respetado», advirtió el obispo durante una misa.

La comisión investigadora es la tercera que se interesa en este fenómeno y la primera organizada por el Vaticano.

«Esto muestra la importancia que otorga a este fenómeno el Vaticano e incluso el Papa», dijo el teólogo católico bosnio Franjo Topic, que forma parte de la comisión.

Otro teólogo, Mato Zovkic, miembro de la primera comisión de investigación, se muestra reservado respecto a los testigos, considerando que sus declaraciones después de las «apariciones» se alineaban bastante con la posición de los franciscanos, en conflicto con la Iglesia católica bosnia, por cuestiones de propiedad.

«En las apariciones precedentes (como las de Lourdes y Fátima), la Madona no estaba mezclada con las cuestiones administrativas de los responsables de la Iglesia. Es para mí­ uno de los aspectos problemáticos de los testigos» de Medjugorje, estimo Zovkic.

Pero para el padre Petar Vlasic, cura de la parroquia de Medjugorje, el «milagro» está allí­, y es ver «a toda esa gente feliz, que camina por las colinas orando horas y dí­as enteros».