Intentar resumir aunque sea apretadamente la tesis doctoral del abogado y periodista PhD. Joaquín Medina Bermejo es una tarea imposible, en virtud de la extensa y exhaustiva investigación que contiene el voluminoso estudio “La influencia mediática en la formulación de la Política Criminal Guatemalteca”, título que proporciona ligera idea de la extensión y profundidad de la tesis con la que el autor culminó sus estudios para obtener el grado académico de Doctor en Ciencias Penales por la Universidad de San Carlos, en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.
La amplia y pormenorizada investigación, desde mi empírica visión, es aconsejable texto de lectura para penalistas, periodistas, fiscales, jueces y magistrados, además de estudiantes y estudiosos de las ciencias criminológicas y si no fuera mucho esperar de algunos políticos devenidos en raros legisladores con atisbos de dedicación y esmero.
Como bien lo advierte Medina Bermejo, “La política criminal de un país, entendida como el conjunto de valores y principios que fundamentan la investigación de los delitos y las penas y que definen las acciones y decisiones que permiten combatir el crimen en una nación o Estado, debe ser objeto de estudios, análisis y propuestas por parte de sectores emparentados con la Ley y su aplicación, la legislación y su estudio, la criminalidad y la criminalización”.
En el planteamiento, el autor destaca que los medios de comunicación masiva representan actualmente un enorme sector de presión y de poder que afecta seriamente a diferentes grupos que por sus características propias e incluso por definición constitucional, deberían actuar al margen de opiniones, comentarios, reportajes y noticias que difunden diarios impresos y electrónicos.
Agrega que no faltan quienes adjudiquen a estas publicaciones poderes casi omnímodos, aduciendo que por ser empresas privadas se encuentran al servicio del capital y, por ende, no son corresponsables con las necesidades del pueblo y hasta deciden quién debe gobernarles, de qué corriente económica o ideológica deben ser y por cuánto tiempo deben permanecer en el poder.
Por supuesto que Medina Bermejo no se limita a esas consideraciones superficiales, sino que ahonda en el tema, puesto que ofrece una vasta exposición en torno a la política criminal y su evolución desde sus orígenes, incluyendo teorías clásicas, positivista, sociológica, finalista, funcionalista, crítica y los diferentes componentes de las corrientes contemporáneas, deteniéndose en un capítulo especial concerniente a la política criminal de Guatemala, para ingresar al apartado referente a los medios informativos que contempla su desarrollo, las escuelas y funciones de la comunicación, tales como el funcionalismo, el estructuralismo y el materialismo dialéctico (histórico), además de las teorías predominantes de la comunicación y los géneros periodísticos de mayor influencia.
La obra enfoca la argumentación jurídica y los discursos criminológicos, con sus respectivos análisis y estereotipos, para desembocar en consideraciones político criminales y criminológicas respecto a la actividad mediática, que contempla notas informativas, contendidos editoriales y artículos de opinión que publican los diarios matutinos y el vespertino La Hora, con rigor científico y sin caer en parcialismos.
En resumen, la tesis del doctor Medina Bermejo es un libro que merece su estudio concienzudo y analítico para comprender su trascendencia en la política criminal y sus estrechos vínculos con la mass-media.
(El penalista Romualdo Tishudo se dirige en el estrado al periodista Apapucio Talishte, testigo de un crimen:-Describa al sospechoso.-Es de estatura media y usa barba.- ¿Hombre o mujer?).