Rafael Roncagliolo es un renombrado sociólogo, periodista y consultor electoral de nacionalidad peruana, quien actualmente se encuentra en El Salvador en su calidad de jefe para los países andinos del Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral y de observador en las elecciones presidenciales que se realizarán el domingo 15 próximo.
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Este experto, al ser entrevistado por Raúl Gutiérrez, de la agencia IPS, lanzó críticas a la Prensa latinoamericana, en general, y a la de El Salvador, en particular, sobre todo al sentenciar que «los medios de comunicación en América Latina no contribuyen a fomentar una cultura cívica. Por lo general van en dirección contraria».
En el caso salvadoreño, la campaña electoral es objeto de fundados cuestionamientos sobre la transparencia del proceso y una agresiva propaganda de la derechista Arena contra el FMLN. Es una campaña de miedo en los medios de comunicación «atroz y denigrante», puntualizó Roncagliolo.
Al respecto, argumentó que la responsabilidad de los diarios impresos y electrónicos con la democracia es uno de los problemas principales hoy día en casi todos los países latinoamericanos, puesto que si, ciertamente, actualmente no se registra la censura de los gobiernos, opera la censura comercial, que está en función de los intereses de los propietarios de los medios y que sesgan la información.
 En torno a este asunto, es necesario hacer una disgregación, en el sentido de que La Hora se caracteriza por su total independencia de la presión económica de los sectores poderosos, y no es mera teoría su identificación como un diario comprometido (que no de compromiso) con las más agudas y sentidas necesidades de los grupos sociales del país y con los soberanos intereses de la patria, y justamente por ello es que este vespertino es «tribuna, no mostrador».
Al retomar de mi parte el hilo de estas notas sobre las elecciones en El Salvador, el observador peruano comentó que la cobertura de las campañas electorales debe enfocarse por igual a todos los partidos políticos; pero no sólo en términos cuantitativos sino también cualitativos, para que realmente la Prensa contribuya al afianzamiento del sistema democrático.
Los medios pueden tener sus espacios de opinión, pero informativamente no deben tomar bandera si se declaran ajenos a vínculos de cualquier índole con las organizaciones políticas y sus candidatos, a fin de respetar el derecho del votante a emitir su sufragio libremente; pero en El Salvador varios medios, cuando le dan cobertura al FMLN, es para denigrarlo, al contrario del trato privilegiado que le conceden a la oficialista Arena.
 (El abogado Romualdo Tishudo dirigiéndose a su cliente, un marero salvadoreño arenista condenado a 20 años de prisión por homicidio, lo consuela: -Por lo menos en la cárcel tendrás la seguridad de que no te atropelle un carro ni que sufrás otro accidente de tránsito).