Rusia quiere volver a activar un viejo centro de espionaje contra Estados Unidos que tenía en Cuba y que dejó de funcionar tras la Guerra Fría, según aseguró hoy el diario moscovita «Kommersant».
La medida fue acordada por el presidente Vladimir Putin durante su visita a La Habana el viernes pasado, señaló el periódico, que citó a varias fuentes oficiales rusas. El Kremlin no ha confirmado las informaciones.
De cara a la visita de Putin a Cuba, el Parlamento ruso aprobó hace poco más de diez días la condonación del 90 por ciento de una deuda millonaria que la isla tenía con Moscú desde tiempos soviéticos.
La base de radioescuchas «Lourdes» estaba ubicada en las afueras de La Habana, a unos 250 kilómetros de la costa de Estados Unidos, según «Kommersant».
Rusia cerró el centro de radares en 2001 por sus altos costos de mantenimiento. Ahora, el servicio secreto militar ruso GRU quiere volver a utilizarla en el marco de las nuevas tensiones con Washington, según el diario.
Se espera también que gracias a los avances tecnológicos los servicios rusos puedan operar con mucho menos que los 3.000 especialistas de la época de la extinta Unión Soviética.
El ex colaborador del Ministerio de Defensa Leonid Ivachov dijo a la agencia de noticias Interfax que el centro es un «activo importante» para los servicios secretos en el extranjero.
La falta del principal sistema de radioescuchas en el exterior de la era soviética sólo trajo desventajas a Rusia, aseguró también Ivachov.
Las autoridades cubanas no han confirmado hasta ahora tampoco las informaciones. Durante la visita de Putin el pasado viernes, Moscú y La Habana firmaron una decena de acuerdos de cooperación y asociación económica, según medios cubanos.
Putin celebró en la capital cubana conversaciones oficiales con el presidente Raúl Castro y visitó también en su casa al histórico líder cubano Fidel Castro.
Una semana antes, la Duma había aprobado en Moscú la generosa condonación de una vieja deuda que Cuba tenía con la Unión Soviética por unos 35.000 millones de dólares (unos 26.000 millones de euros).
El texto aprobado por el Parlamento ruso prevé la quita del 90 por ciento de la deuda. La Habana tendrá que reembolsar un restante de 3.500 millones en un plazo de diez años, que será depositado además en un fondo especial para inversiones rusas en la economía cubana.
La base de «Lourdes» estaba en una pequeña localidad en las afueras de La Habana. El centro fue cerrado en 2001 después de una primera visita de Putin en el año 2000, cuando Moscú había rebajado las tensiones con Washington después de la Guerra Fría.