Leyendo en este prestigiado diario hace un par de días, me enteré que ahora las Naciones Unidas ya consideran el aumento demográfico como un contribuyente a la contaminación ambiental, lo que trajo a mi memoria lo que escribí para un diario hace más de 3 años, concretamente el 6 de abril del año 2006, algo relacionado con la materia, pero creo que ni me lo publicaron, pues en ese tiempo decir algo así, era una estupidez, pero que hoy ya lo ven como una realidad. Algo resumido el comentario, pues si ocupaban mayor espacio, definitivamente no eran publicados. No es que uno sea visionario, pero como los que debieran de decirlo no lo dicen, pues acabada la contaminación, acabado el negocio. Lo comentado fue lo siguiente:
Medio Ambiente y ley de Planificación Familiar
En Guatemala existe toda clase de grupos que se proclaman defensores del medio ambiente y que por lo general son financiados por entidades internacionales, con el propósito de proteger el entorno que nos rodea, y que ante cualquier cosa que amenace con deteriorarlo, brincan, patalean, manifiestan, etcétera.
Si se hace un estudio serio y profundo, ya sea por estos grupos o por entidades a las que se les da gran parte del presupuesto para tal fin, como la es la Universidad de San Carlos de Guatemala, concluiremos que uno de los mayores contaminantes del medio ambiente, es la explosión demográfica que sufrimos, pues mientras los países europeos han tenido un incremento poblacional menor del 20 por ciento de la Segunda Guerra Mundial a la fecha, aquí el incremento ha sido de un 600 por ciento, pues en lugar de aumentar 400,000 habitantes en ese mismo período, hemos aumentado 12 millones de habitantes.
Lo anterior hace suponer que ahora que está en la Corte de Constitucionalidad la Ley de Planificación Familiar, debieran de ser miles de voces que se alzarán en favor de la promulgación de dicha ley, ya que se puede probar fácilmente que el aumento poblacional es la madre de nuestros problemas, tanto ambientales, como sociales, políticos, económicos, etc.