La troika de mediadores extranjeros encargada de la cuestión del estatuto de Kosovo presentaba hoy en Belgrado y luego en Pristina sus primeras conclusiones tras el fracaso de las negociaciones entre serbios y kosovares albaneses.
Antes de la presentación, un miembro de la troika consideró que no hay posibilidad de llegar a un acuerdo sobre el futuro de la conflictiva provincia serbia.
«Tras intensos esfuerzos realizados durante los últimos 120 días en busca de puntos comunes, creo que no existen opciones adicionales que conduzcan a una solución de consenso sobre el estatuto de Kosovo», declaró el mediador europeo Wolfgang Ischinger al diario Blic.
El alemán Ischinger, el ruso Alexander Botsan-Jarshenko y el estadounidense Frank Wisner debían discutir su informe sobre Kosovo con serbios y albano-kosovares el lunes.
Los líderes de la mayoría albanesa de Kosovo insisten en que proclamarán la independencia unilateralmente poco después de que los mediadores entreguen su informe final al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, el 10 de diciembre. Por su parte, Serbia está sólo dispuesta a aceptar una amplia autonomía.
La comunidad internacional teme que una declaración unilateral de independencia agudice las tensiones y desencadene una oleada de violencia que provoque el éxodo de la minoría serbia de Kosovo.
Como resultado, la OTAN reforzó la semana pasada su fuerza de mantenimiento de la paz de 17.000 soldados en Kosovo con tropas estadounidenses y alemanas, principalmente en el norte de la provincia dominada por los serbios.
Ischinger admitió como «posible» que los líderes albano-kosovares declaren la independencia de la provincia, cuya población es en un 90% de origen albanés.
«Mi impresión es que este paso debería coordinarse en la medida de lo posible, con la Unión Europea, Estados Unidos y otros países», afirmó. «Una cosa está clara, no se puede mantener la situación actual y se debe tomar una decisión».
«En cuanto a la cuestión de cómo debería actuar la comunidad internacional respecto al estatuto de Kosovo después del 10 de diciembre, las respuestas serán diferentes de los gobiernos de la Unión Europea, Rusia y Estados Unidos», explicó.
La provincia de Kosovo, pese a encontrarse en territorio de Serbia, está administrada por Naciones Unidas desde que en 1999 una campaña de bombardeos aéreos por parte de la OTAN puso fin al conflicto armado entre serbios y albano-kosovares.
«Sería muy difícil para la troika sugerir lo que se debe hacer después del 10 de diciembre, debemos dejar que lo decidan nuestros gobiernos», precisó el mediador europeo.
«El informe que entregaremos al secretario general de la ONU contendrá todo el desarrollo de la participación de la troika en las negociaciones», afirmó el diplomático alemán.
Serbia, que considera Kosovo como su corazón histórico, insiste en que el proceso llegue hasta el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde cuenta con el apoyo de su aliado ruso, con poder de veto.