A pesar de sufrir una caída a veinte kilómetros de la meta, el australiano Robbie McEwen (Predictor) ganó al sprint la primera etapa del Tour de Francia, ayer en Canterbury, donde el suizo Fabian Cancellara (CSC) conservó la malla amarilla de líder.
McEwen, sin preocuparse de los rasguños en su rodilla derecha y en una mano, superó claramente al noruego Thor Hushovd y al belga Tom Boonen en un sprint masivo, después de 203 kilómetros de recorrido de etapa. Los franceses Sébastien Chavanel y Romain Feillu se clasificaron cuarto y quinto.
En la recta final, el australiano sorprendió a sus adversarios lanzando el sprint desde lejos. Ningún corredor reaccionó inmediatamente para saltar a su rueda, y el australiano, de 35 años, sumó su duodécima victoria en el Tour.
«Â¡Es increíble!», exclamó McEwen. «Cuando me he ido al suelo, he caído sobre la rodilla, las manos. Creía que no iba a tener ninguna oportunidad de disputar el sprint. Pero, con la cólera, la frustración, lo he intentado, no tenía nada que perder», añadió.
La fuga estuvo controlada a distancia por el pelotón, que dejó hasta 6 minutos de ventaja a 90 kilómetros de meta. El francés Stéphane Augé (Cofidis) fue el último integrante de la fuga en ser neutralizado, a 20 kilómetros del final.