El precandidato republicano a la presidencia estadounidense John McCain logró una importante victoria ayer en las primarias de Florida, una de las escalas claves de la disputa por la nominación partidaria para competir por la Casa Blanca en noviembre.
El senador por Arizona McCain superaba al ex gobernador de Massachusets Mitt Romney por 36% de los votos contra 32%, cuando van 62% de las mesas escrutadas, un resultado considerado definitivo, según estimaciones de la televisión estadounidense.
El ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani, que era claro favorito en este estado sureño en los meses precedentes a la elección, quedaba lejos con 15%, un resultado que complica su continuidad en la contienda.
Entre los demócratas, la ex primera dama Hillary Clinton lograba una amplia ventaja de algo más de 50% de los votos contra 31% del senador de Illinois Barack Obama, un triunfo «simbólico» ya que no otorga delegados debido a un conflicto entre el partido y el estado sureño por la fecha de la votación.
La disputa republicana fue la que concentró toda la tensión de la jornada, no sólo porque los conservadores sí designaban delegados con el comicio, sino por la paridad entre los favoritos McCain y Romney en las encuestas previas.
Se espera que la victoria en Florida dé un gran impulso e influya positivamente una semana más tarde en el «supermartes», el 5 de febrero, cuando republicanos y demócratas votan simultáneamente en más de 20 estados, incluidos California y Nueva York.
La primaria de Florida es la primera en uno de los grandes estados del país, que por el número de habitantes aportan la mayor cantidad de delegados a las convenciones partidarias que definen las candidaturas.
Los republicanos se jugaban mucho en esta elección porque Florida designa a 57 delegados a la convención nacional que eligirá en septiembre al candidato a presidente.
En cambio para los demócratas el resultado tenía más un efecto psicológico: este estado no designaba delegados a la convención partidaria como castigo por haber violado el cronograma de primarias al realizar la votación antes del «supermartes».
Durante la jornada, McCain y Romney se lanzaron críticas mutuas, centradas especialmente en la seguridad y la economía.
McCain había logrado el apoyo del gobernador de Florida, Charlie Crist, y de legisladores cubano-estadounidenses con fuerte influencia en Miami y alrededores.
Según una encuesta difundida el lunes por la firma Newlink Reseach, los hispanos de Florida apoyaban en primer lugar a McCain (36,16% de intenciones de voto) y luego a Rommey (25,63%).
Entre los demócratas, los hispanos mostraban una preferencia abrumadora por Clinton (68,56% de intenciones de voto) frente a Obama (14,74%).
Clinton no perdió la oportunidad de festejar y de mostrarse ganadora en un acto en la noche de Florida.
La ex primera dama y senadora por Nueva York prometió a sus seguidores que hará todo lo posible para que los delegados demócratas de este estado sean incluidos en la convención partidaria «para que Florida se sume a la columna ganadora demócrata».
La campaña de Obama optó por restar importancia a la votación. «En Florida no hubo campaña electoral. El resultado sólo refleja que Hillary es más conocida», explicaron sus estrategas.
Con más de 18 millones de habitantes, Florida tiene algo más de 20% de población hispana, 15% de negros y 61% de blancos no latinos, según la oficina estadounidense de censos.
En 2007 la legislatura local aprobó una ley que trasladó la fecha de la primaria en este estado de marzo a enero –en un intento por darle a Florida mayor influencia en el proceso de votaciones– y violó una disposición que prohibía realizar la elección antes del llamado «supermartes».
Como sanción, los demócratas retiraron los delegados al estado mientras que los republicanos dijeron que sólo designarán a 57 de los 114 delegados que le hubieran correspondido a Florida en la convención nacional partidaria.
El ex alcalde de Nueva York y precandidato republicano a la presidencia Rudolph Giuliani se mostró ambiguo sobre si continuará o no en la contienda electoral tras la derrota anoche en las primarias de Florida, en las que había centrado su estrategia pero logró apenas un tercer puesto.
En un discurso ante sus seguidores, y mientras se esperaba una definición sobre su precandidatura, Giuliani optó por mostrarse ambiguo y dejar espacio a un posible retiro en muy corto plazo.
«Estoy orgulloso de que elegimos mantenernos positivos y llevar una campaña de ideas en una era de ataques personales, publicidad negativa y manejos (políticos) cínicos», dijo Giuliani a sus seguidores en Orlando, Florida (sur).
«No podemos ganar siempre pero podemos intentar hacer lo que corresponde», dijo, sin revelar cuáles serán sus próximos pasos.
El sitio web de la revista Time dijo que Giuliani viajaría a California hoy para anunciar su apoyo a la precandidatura del senador de Arizona John McCain, que ganó las primarias de Florida y emerge como uno de los favoritos republicanos.