El candidato republicano John McCain buscaba desde México seducir a los votantes latinos de Estados Unidos con un recorrido por la Basílica de Guadalupe, durante una breve visita al país latinoamericano que prevé una reunión con el presidente Felipe Calderón para tratar temas de seguridad.
«Esta es una importante demostración de que McCain tiene un conocimiento y un respeto para los católicos, no sólo en Estados Unidos, sino también para la importante comunidad en México», dijo su vocero Stucker Bounts durante el recorrido por la basílica de la Virgen de Guadalupe, venerada por millones de mexicanos.
McCain debe descontar la amplia ventaja que tiene su contrincante demócrata Barack Obama entre el electorado latino con señales claras como la visita al templo de mayor devoción para los mexicanos, incluidos para los 12 millones que viven en Estados Unidos, la mayoría católicos.
Obama cuenta con el apoyo del 59% de los hispanos registrados frente a 29% para McCain de cara a las elecciones de noviembre, según una encuesta del instituto Gallup, publicada ayer en Estados Unidos.
En su breve visita a México, tras llegar de Colombia mientras se producía la liberación de la franco-colombiana Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y 11 colombianos de manos de la guerrilla de las FARC, McCain sostendrá un encuentro con Calderón para discutir temas que causan roces en la relación bilateral, como narcotráfico e inmigración.
Poco antes de la llegada a México del senador republicano, el ministro de Gobernación (Interior), Juan Camilo Mouriño, reclamó que el próximo presidente estadounidense, McCain u Obama, asuma una actitud de «corresponsabilidad» en el combate a las drogas.
Calderón ha dicho que la violencia en la frontera norte mexicana se debe a las disputas entre los cárteles por el control del trasiego de la droga hacia Estados Unidos, el mayor mercado de consumo de cocaína del mundo.
Desde Estados Unidos, además, proviene el 80% del sofisticado armamento que usan los cárteles de la droga en México, donde las autoridades decomisaron más de 15 mil en lo que va del año, según cifras oficiales.
En ese marco, el gobierno federal ha desplegado unos 36 mil militares en las zonas más calientes de operación del narcotráfico, incluidos los estados de la frontera con Estados Unidos, en una guerra que ha dejado 1.500 muertos en el transcurso de 2008.
El gobierno mexicano también busca un compromiso mayor del próximo presidente estadounidense, sea Obama o McCain, sobre el espinoso tema de la inmigración, evitando que se convierta sólo en un asunto de campaña electoral.
De los 12 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos, la mitad son indocumentados, mientras decenas de miles cada año intentan cruzar la frontera, donde el vecino del norte construye un muro de unos 1.200 km cuestionado por gobiernos y organizaciones no gubernamentales.
McCain podrá exhibir en su reunión con Calderón el apoyo al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, a diferencia de su contrincante demócrata, quien durante las recientes primarias demócratas puso en duda el acuerdo vigente desde 1994.