Mbeki se siente humillado por derrota



El presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, lamí­a sus heridas hoy después de ser vencido por Jacob Zuma en la votación interna para elegir al lí­der de su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA), que podrí­a marcar el comienzo de una era turbulenta.

«Zunami domina», afirma el titular de la portada del diario The Sowetan sobre una foto de un eufórico Zuma abrazando a Mbeki en una rara muestra de camaraderí­a entre estos dos polí­ticos después de su enfrentamiento por el liderazgo en una votación cuyo resultado fue anunciado anoche.

Cuando Dren Nupen, director del comité electoral del NCA, anunció que Zuma habí­a obtenido 2 mil 329 votos, y Mbeki 1.505, los delegados reunidos en Polokwane (norte) aplaudieron.

Este resultado constituye una enorme humillación para Mbeki, quien querí­a el control irrestricto en sus dos últimos años como jefe del Estado antes de verse obligado constitucionalmente a dejar el poder. Ahora deberá hacer frente a un centro de poder rival.

Ninguno de los dos hizo comentarios a los periodistas anoche. Una conferencia de prensa de Zuma prevista hoy fue cancelada mientras los delegados se reuní­an a puerta cerrada para discutir la integración del comité nacional ejecutivo, formado por 86 personas.

«Pensamos que era mejor que él se dirigiera a la conferencia antes de dirigirse a los medios», afirmó el portavoz del NCA, Steyn Speed.

Esta victoria marca un regreso sorprendente para Zuma, desprestigiado por una serie de escándalos y que podrí­a ser inculpado de corrupción.

Jacob Zuma, de 65 años, fue destituido por Mbeki de su cargo de vicepresidente en 2005 cuando su asesor financiero fue encarcelado por fraude. Luego, Zuma fue juzgado por violar a una amiga de su familia que tení­a menos de la mitad de su edad.

Aunque Zuma fue absuelto, fue objeto de burlas por declarar que se habí­a dado una ducha después de tener relaciones sexuales con su acusadora, enferma de sida, para evitar la infección.

El CNA tiene gran mayorí­a en el parlamento y Zuma está casi seguro de ser presidente de Sudáfrica en las elecciones de 2009 después de su victoria en las elecciones internas.

Sin embargo, podrí­a ser acusado de corrupción después de perder su reciente intento en el tribunal de que varias órdenes de allanamiento fuesen declaradas ilegales.

Zuma es un zulú cuyo encanto contrata profundamente con el distante Mbeki, y se ha dedicado a explotar la creciente decepción con el fracaso del gobierno de erradicar la pobreza en los 13 años que transcurrieron desde el fin del dominio de la raza blanca en el paí­s.

Aunque Mbeki, quien también tiene 65 años, puede jactarse de un perí­odo ininterrumpido de crecimiento, según los cálculos no oficiales, el desempleo asciende a 40%.

No obstante, muchos analistas creen que la derrota de Mbeki fue más el resultado de su estilo distante y autoritario, que lo enemistó con muchas personas en su partido, que un voto de confianza en Zuma.