¿May I have a picture with you?


Miles de indí­genas han escuchado esa frase cuando turistas extranjeros visitan el interior del paí­s y quieren llevar un recuerdo de Guatemala. Es tal la demanda que nuestros indí­genas, que antaño posaban por amor al arte, ahora cobran para ser fotografiados por los turistas. Viene a cuento lo anterior porque me he enterado que el único propósito de la visita del presidente Bush a Guatemala es el viaje a Chimaltenango, donde espera que le puedan tomar algunas buenas fotos con los nativos de la región. Todo lo demás sale sobrando y, como decimos en buen chapí­n, vale madre, porque el quid del viaje está en que el Presidente de los Estados Unidos quiere una foto en la que pueda aparecer amistosamente departiendo con indí­genas de la América Latina.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Alguien le dijo al presidente Bush que tomarse esas fotos en Guatemala era una buena oportunidad para demostrar que por fuertes que sean los ví­nculos entre Hugo Chávez y Evo Morales, hay grupos indí­genas en otras regiones de América Latina que sí­ valoran la amistad con el mandatario de los Estados Unidos de América. Y como en estos tiempos no era fácil pensar que pudiera ir a captar las fotografí­as en Bolivia, Ecuador o aun Perú, donde Alan Garcí­a le sacarí­a más raja a la oportunidad que lo que cobran los indí­genas de Guatemala que se conforman con poquito por dejarse fotografiar, pues hicieron una escala en este paí­s de la eterna primavera para lo que los gringos conocen como «photo-op».

En otras palabras, mientras algunos guatemaltecos estarán pensando cómo hacer para tomarse una foto con Bush para colgar en lugar destacado, el Presidente de los Estados Unidos anda en busca de una foto con indí­genas. Tiene la ventaja de que ya la Embajada hizo el trabajo previo y tiene todo listo, escogidos a los que posarán junto al mandatario para tratar de esa forma de darle un tortazo a quienes creen que sólo Bush puede tener influencias con los indí­genas.

Se comentó que entre los allegados al Presidente de Estados Unidos lamentaron que Rigoberta Menchú lanzara su candidatura presidencial porque hubiera sido útil una foto con la Premio Nóbel que, en su calidad de Embajadora del gobierno amigo de Berger, no se hubiera negado a posar junto al mandatario norteamericano. Yo personalmente creo que Rigoberta no se hubiera prestado para la payasada, sobre todo por el papel que ha jugado Bush en materia de derechos humanos ya no sólo con los pobres habitantes de Irak y Afganistán, sino que también con todos aquellos que han sido secuestrados utilizando los famosos vuelos secretos de la CIA, además de los que públicamente mantienen en Guantánamo y por las formas utilizadas para librar la guerra contra el terrorismo que tiene mucho parecido con lo que fue la guerra sucia que catapultó a figuras como Rigoberta Menchú al estrellato por haber sufrido los efectos de esa forma de pelear las guerras.

Pero es importante hacer ver que la información que comento es fidedigna, que tiene su fundamento real y que no puedo citar a la fuente por obvias razones. Pero además, cuando uno piensa y repiensa por qué Bush quiso venir a Guatemala si ni siquiera sus publicistas pudieron encontrar una buena razón para incluir en el comunicado de la Casa Blanca que abundó en detalles de por qué iba a otros paí­ses, la explicación de su ansia de tener una foto con indí­genas hace mucho sentido. En su caso no es él, sin embargo, quien andará pidiendo que le dejen ser fotografiado, porque todo el escenario se montó con anticipación.