San Francisco tiene el desafío hoy de lograr que el recorrido de la llama olímpica por esta ciudad estadounidense transcurra sin complicaciones, con una ruta modificable en todo momento, cuando se ciernen amenazas de protestas de militantes antichinos.
Tras el fiasco el lunes en su trayecto por París, interrumpido varias veces, acortado y en definitiva concluido en un autobús, e incidentes en Londres el fin de semana pasado, las autoridades de San Francisco han reforzado la seguridad.
El alcalde Gavin Newsom ha previsto una fuerte presencia policial y una «adaptación» permanente de la ruta de la antorcha de acuerdo a los acontecimientos: «el itinerario no está fijado. Continuará cambiando todo el tiempo hasta que la llama llegue a su meta», indicó.
Por temor a incidentes, el barrio de Chinatown fue excluido del periplo de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Pekín-2008.
El lunes, manifestantes escalaron el célebre puente del Golden Gate donde desplegaron dos inmensos carteles reclamando un Tíbet libre, antes de ser detenidos por la policía, dos horas más tarde.
Activistas pro-tibetanos prepararon diferentes eventos para ayer, que culminaron en una concentración y una vigilia con velas encendidas.
Aunque las organizaciones que prevén actividades anuncian que sus agendas no buscan sabotear el paso de la antorcha, señalaron la imposibilidad de controlar las iniciativas individuales.
La coalición Save Darfur, Amnistía Internacional y Students for Tibet llamaron a sus seguidores a no entorpecer el recorrido, pero «no podemos detener a un individuo que lo quiera hacer», estimó Thupten Tsering, un coordinador de Students for Tibet en California.
En cambio, la Alianza Democrática estadounidense-birmana, que tiene organizada una manifestación en el Golden Gate la mañana del miércoles, cuenta con realizar «acciones directas» en el recorrido de la antorcha.
El periplo de la llama es el más ambicioso de la historia de los Juegos Olímpicos, con una ruta de 137 mil kilómetros recorriendo 19 países, además de China. Tras su paso por San Francisco, irá a Buenos Aires, luego a Pakistán, India, Indonesia, Australia, Japón y Hong Kong.
El trayecto será tema de debate esta semana en el marco del Comité Olímpico Internacional (COI), cuyo presidente, Jacques Rogge, dejó en claro el martes que su organismo no prevé eliminarlo.
«Â¡Es un falso rumor! No hay discusión al respecto», declaró Rogge al programa «Tout le Sport» de la televisión francesa sobre la posibilidad de cancelar la gira.
La Casa Blanca rehusó descartar el martes que el presidente George W. Bush se ausente de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín, señalando que nunca había dicho que asistiría al acontecimiento.
«No hemos previsto ningún calendario del viaje del presidente», dijo Dana Perino, portavoz de la Casa Blanca.
Las autoridades de Buenos Aires, ciudad que recibirá la llama el viernes, también refuerzan los dispositivos de seguridad.