Mausoleo chií­ta con seguridad


Postura. Un grupo de chií­tas protestaron contra el toque de queda impuesto en Kerbala.

El ejército iraquí­ instauró unas estrictas medidas de seguridad para que los fieles puedan asistir a la oración del viernes en el mausoleo de un imán chiita en la ciudad santa de Kerbala, tres dí­as después de unos enfrentamientos que dejaron 52 muertos y 300 heridos.


Según indicaron algunos corresponsales en el lugar, unidades de una brigada mecanizada tomaron el control de los mausoleos donde estallaron el martes enfrentamientos entre policí­a y milicianos, que causaron ví­ctimas y gran pánico entre una muchedumbre de devotos.

En las calles de Kerbala no se veí­a este viernes a ningún miliciano.

El gobierno impuso el miércoles el toque de queda y prohibió el acceso a dos mezquitas de Kerbala (a 110 kilómetros al sur de Bagdad), la del imán Hussein y la de su medio hermano Abas, dos figuras veneradas del islam chiita, muertos en el año 680.

El ejército se desplegó por la ciudad en sustitución de los agentes de los servicios de seguridad locales y de la policí­a que protegieron hasta ahora esos lugares santos. La mezquita de Hussein es uno de los más sagrados de los chiitas, comunidad mayoritaria en Irak.

«La mezquita del imán Hussein se abrirá para la oración», indicó a la AFP una fuente de los servicios de seguridad en Kerbala. «Ante la menor amenaza, se cerrará», añadió.

«Los enfrentamientos mostraron que las fuerzas de seguridad formadas por personal local son incapaces de proteger a la población cuando los altercadores son de la misma ciudad», explicó a la AFP Kadhim Mohamed, comerciante de 50 años.

Los responsables de la policí­a de la ciudad fueron destituidos por el primer ministro iraquí­, Nuri al Maliki, que visitó la ciudad después de los enfrentamientos.

El gobernante acusó a los nostálgicos de Saddam Hussein de provocar la violencia, pero testigos señalaron que los combatientes eran de la poderosa milicia del jefe radical Moqtada Sadr, el Ejército de Mahdi.

«Â¿Por qué el gobierno no designa al partido que fue responsable?», se preguntó indignado un periodista local, Zuheir al Hindawy.

Al dí­a siguiente de esa sangrí­a, Moqtada Sadr anunció la suspensión de las acciones militares del Ejército de Mahdi para llevar a cabo una «reestructuración» y una purga de los elementos incontrolados.