Matí­as rememora 1974


Por su inolvidable participación en la San Silvestre, Matí­as fue galardonada por la FNA.

La carrera de San Silvestre, versión Guatemala, surgió en 1957, con apenas unos destellos de luz que se reflejaban en el trayecto de su recorrido y de donde poco a poco fueron resurgiendo los veintidós atletas que han dejado estampado su nombre en la lista de ganadores, que cuenta con Amanda Matí­as, la primera mujer guatemalteca en participar en la hoy tradicional carrera nacida en Sao Paulo, Brasil, en 1925.


Matí­as se hizo presente en 1974, cubriendo los 9 mil metros en 43 minutos, 39 segundos y 6 décimas, victoria que repitió en 1975 y 1976.

De las dieciocho atletas ganadoras desde 1974, Matí­as ocupa la tercera casilla en ganar en más de una oportunidad la San Silvestre, detrás de Dina Judith Cruz, quien se anota cuatro y Elsa Monterroso, que lo hace con ocho.

Por la larga trayectoria que cumple como deportista y por ser la primera dama en dejar grabada su huella en la San Silvestre, la Federación Nacional de Atletismo hizo bien en brindarle homenaje durante la presentación oficial de la 50 edición de la carrera, donde con nostalgia compartió con La Hora Deportiva, los recuerdos de aquella época.

¿Recuerda cómo fue aquella carrera de 1974?

í‰sta fue la primera carrera de San Silvestre a la que participaba. Recuerdo que el doctor Wellington Amaya, quien me patrocinaba, organizó un grupo grande de corredores y yo era la única mujer que figuraba entre todos los hombres.

Pero antes de esta San Silvestre, ya habí­a ido a la carrera de Guayaní­a, en Puerto Rico, como seleccionada nacional, para lo cual gané los tres eventos de clasificación.

En ese entonces, la San Silvestre salí­a del Parque Morazán y se conducí­a por toda la 6ª. avenida de la zona 1 hasta llegar a La Montúfar, donde retornaba por la 7ª. avenida hasta finalizar frente a las oficinas centrales del IGSS.

¿Qué la hizo participar en su primera San Silvestre?

Le llegué a tomar amor al atletismo por inducción de mi esposo, porque él ya estaba en el alto nivel competitivo de las carreras.

Al principio comencé a correr para mantener la salud, pero conforme me adentraba en la práctica, me fue gustando, por lo que le hablé a Julio Quevedo para que fuera mi primer entrenador.

A parte de la San Silvestre, también incursioné en la Max Tot, en los años 75 al 77, que gané en algunas oportunidades y que entonces, comenzaron a competir otras mujeres como Vilma Maldonado, Marta Hamilton, Elsa Mendoza y la conocida Perlita, algunas de ellas ya fallecidas.

En 1976 salí­ una vez más como seleccionada a Puerto Rico, junto a Vilma Maldonado, pues en el 74 me acompañó Mayra Estrada.

¿Cómo fueron sus inicios en el atletismo?

Corrí­a mucho fondo en las calles, en terracerí­a, principalmente los fines de semana. Se formaban los grupos grandes comandados por Wellington Amaya. Lo divertido era que le ganaba a una gran cantidad de hombre en el proceso de entrenamiento.

Corrí­an en ese entonces Fredy Godoy, Carlos de León, Raúl Arango, el mismo Wellington Amaya, Placido Ortiz, mi esposo, Enrique Ramí­rez y otros más de quienes se me escapa el nombre.

También los terrenos de Santa Rosita fueron testigos de nuestra preparación, en donde nos dabamos cita todos los domingos.

Como no era muy común la práctica de las mujeres en el atletismo, recuerdo que ya siendo campeona de medio fondo, muchas de mis coterráneas se mofaban de mi afición.

¿Cómo era la práctica del atletismo en aquellos gloriosos dí­as de su época?

Como le comenté, era más de correr en la calle. En algunas oportunidades se corrí­a en algunas pistas. í‰ramos pocos los fondistas. Todos en el barrio donde crié a mis hijos, sabí­an de mis practicas deportivas y las de mi esposo, por lo que cuando se realizaba un evento atlético, nos delegan la responsablidad de organizarlo.

¿Qué otros logros rememora?

A parte de los primeros lugares de las tres ediciones de la San Silvestre del 74, 75 y 76, recuerdo la satisfacción del triunfo de una de las carreras en Cobán y otra en Totonicapán.

Fui campeona nacional de campo traviesa. En 1977 fue salí­ seleccionada para viajar a Costa Rica, pero debido a una amigdalitis aguda que me atacó en ese viaje quedé ante penúltima, no obstante, competí­ porque con el simple hecho de hacerlo, mi paí­s ganaba puntos.

¿Qué recomienda a los atletas de hoy en dí­a?

Más que a los atletas, pido a todos los conductores de vehí­culos, a que en estos dí­as debido a las fiestas de fin de año no sean imprudentes. Y de hecho, que durante todo el año, no sólo en estos dí­as, tomen en consideración la vida de las demás personas.

A causa de la imprudencia de un piloto de autobús sufrí­ una lesión en la cabeza que me ha dejado postergada en una silla de ruedas.

Aunque el accidente no se dio en la práctica deportiva, el llamado es para que se respete a todos los atletas que de alguna razón necesitan utilizar las calles para su preparación.

En febrero de 2001. el accidente fue en el centro de la ciudad, un autobús nos chocó, sufrí­ de un golpe en la cabeza y me dejó en silla de ruedas.