La presidenta filipina, Gloria Arroyo, prometió hoy que los responsables de la matanza de 57 personas perpetrada el lunes en Mindanao (sur) no escaparán a la justicia, mientras la policía apuntaba como principal sospechoso a un aliado político de la mandataria.
El balance de la matanza, que aparentemente se debió a un ajuste de cuentas entre clanes rivales, llegó el miércoles a 57 muertos, tras descubrirse otros 11 cadáveres cerca del pueblo de Saniag, en Maguindanao, una de las provincias de la isla de Mindanao.
«Se trata de un acto de inhumanidad extrema que ensombrece a toda la nación», afirmó en un comunicado Arroyo, que declaró el miércoles día de luto nacional.
«Los autores no escaparán a la justicia (…) Nunca más un ciudadano de nuestro país deberá temer por su vida por expresar libremente su opinión política», agregó.
Las víctimas, entre ellas 14 mujeres y numerosos periodistas y políticos, fueron secuestradas y asesinadas el lunes por un centenar de hombres armados. Sus cadáveres fueron encontrados acribillados a balazos.
La policía apuntó el miércoles a un aliado de Arroyo como principal sospechoso.
«Según los primeros informes, las personas secuestradas y posteriormente asesinadas en Saniag fueron capturadas en un primer momento por un grupo encabezado por el alcalde de Datu Unsay», dijo el portavoz de la policía, Leonardo Espina.
El alcalde de Datu Unsay es Andal Ampatuan Jr, miembro del partido de Arroyo e hijo de Andal Ampatuan, jefe de un clan musulmán tres veces gobernador de Maguindanao, que respaldó a la presidenta en las últimas elecciones.
Andal Ampatuan Jr, su padre y su hermano fueron expulsados el miércoles de la coalición gubernamental que dirige el país, anunció Gabriel Claudio, consejero presidencial para Asuntos Políticos. La decisión fue tomada por unanimidad durante una reunión de emergencia de los responsables del grupo, precisó.
El ejército ya había apuntado a guardaespaldas del clan Ampatuan como responsables de la matanza.
El ejército y familiares de las víctimas afirmaron el martes que Ampatuan habría organizado la matanza para impedir que su rival Esmael Mangundadatu presentara su candidatura al puesto de gobernador en las elecciones previstas el año próximo.
Entre las 57 víctimas se encuentran la esposa y algunos parientes de Mangudadatu.
El martes, Arroyo fue objeto de críticas por haber enviado al lugar de la matanza a un emisario especial, encargado de pedir la cooperación del clan acusado, en vez de detener al principal sospechoso.
Los ajustes de cuentas y los actos de violencia entre clanes rivales, que tienen milicias privadas, son frecuentes en el sur de Filipinas, región que es escenario asimismo de un conflicto entre el ejército y separatistas musulmanes.
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Filipinas, Leila De Lima, reclamó a la jefa de Estado acciones inmediatas.