Más de 2,5 millones de musulmanes se disponen a cumplir la peregrinación a las ciudades santas saudíes de La Meca y Medina, desafiando el riesgo de la pandemia de gripe H1N1 y de eventuales manifestaciones de peregrinos iraníes.
Bajo la protección de más de 100.000 policías y 20.000 miembros de servicios médicos, la mayor peregrinación anual del mundo culmina el jueves con la reunión de los fieles en el monte Arafat cerca de La Meca.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades para reducir los riesgos de contagio, las primeras cuatro muertes de peregrinos por causa de gripe H1N1 fueron anunciadas el sábado en la noche.
No obstante, el número de casos de contaminación -20 anunciados el sábado- está muy por debajo de lo que temían las autoridades.
El portavoz del ministerio de la Salud, Jaled Marghlani indicó que los cuatro peregrinos fallecidos -una marroquí, un sudanés y un indio, todos de 75 años, y una joven nigeriana de 17 años- tenían todos problemas de salud que los hacían particularmente vulnerables a la gripe.
Las autoridades del reino, donde han muerto 70 personas y 7.000 fueron contaminadas por el virus, recomendaron a los peregrinos vacunarse y aumentaron las medidas de prevención.
En mayo, Arabia Saudita organizó una conferencia de especialistas y desde entonces también aumentó el número de camas en los hospitales cercanos al lugar de la peregrinación, al tiempo que almacenaba 1,5 millones de dosis de Tamiflu.
Por otra parte, las autoridades saudíes temen que los 65.000 peregrinos iraníes organicen el viernes su tradicional manifestación contra Estados Unidos.
En este sentido, los dirigentes han advertido contra toda manifestación política durante la peregrinación. En 1987, una manifestación de peregrinos iraníes dio lugar a enfrentamientos que dejaron más de 400 muertos.
Tampoco se ha excluido una amenaza de Al Qaeda después del fallido atentado contra el jefe de la lucha antiterrorista, el príncipe Mohammed Ben Nayef, en su palacio de Yedá en agosto pasado.
Esta peregrinación tiene lugar 30 años después de que extremistas musulmanes se atrincheraron en la gran mezquita de La Meca. Las fuerzas del orden consiguieron desalojarlos a cabo de varias semanas.
El mayor peligro es el de una avalancha humana provocada por el pánico, como la que costó la vida a 364 personas en 2004.
Un puente de 950 metros de largo, 80 metros de ancho y cinco pisos de altura, fue levantado, con un costo de 1.200 millones de dólares, para evitar este peligro durante el rito de la lapidación de las lápidas que representan a Satán.
El peregrinaje anual a La Meca, cuyo momento culminante será la afluencia el jueves de los fieles al Monte Arafat, cerca de la Ciudad Santa, es la mayor manifestación anual que se produce en el mundo.
— 2,5 millones de fieles participan cada año en el Hajj (peregrinación).
— Cada país musulmán tiene derecho a una cuota proporcional de 1.000 peregrinos por cada millón de habitantes.
— Indonesia tiene el mayor contingente de peregrinos, con 200.000 fieles
— La seguridad de los Lugares Santos donde acuden los fieles es responsabilidad de unos 100.000 agentes.
— El personal médico destinado al Hajj está integrado por 20.000 personas, debido a temores sobre una propagación del virus de la gripe H1N1.
— La defensa civil moviliza 13.750 agentes y 900 vehículos para el hajj.
— 1.852 cámaras de vigilancia fueron instaladas en torno a la Gran Mezquita y 600 cámaras sobre el lugar de lapidación de las lápidas que simbolizan a Satanás, el rito más peligroso debido a los riesgos de avalanchas humanas.
— Unos 32.000 guías, hombres y mujeres, llamados «Moutawif», organizan la estadía y el transporte de los peregrinos.
— La explanada de la Gran Mezquita de La Meca ocupa 368.000 m2. Tiene capacidad para recibir a más de un millón de fieles, pero un proyecto de ampliación que empezará a llevarse a cabo el próximo año le permitirá duplicar esa capacidad.
— 280 kg de oro decoran la puerta de la Kaaba, un edificio cúbico que se halla en el centro de la Gran Mezquita de La Meca. En su ángulo oriental está sellada la Piedra Negra (entregada, según la tradición, por el ángel Gabriel a Abraham). Hacia ella orientan los musulmanes sus oraciones.
— La Kiswa, un paño de seda ornado con versículos coránicos, de color negro, que cubre la Kaaba, está bordado con 150 kilos de oro y plata.