Masacre policial previo a elecciones


Devotos nepaleses halan un carro de madera durante el festival histórico que celebra el Año nuevo en Bhaktapur, aproximadamente 12 kilómetros al este de Katmandú, a un dí­a de las elecciones que buscan la abolición de la monarquí­a.

La policí­a de Nepal mató a balazos a siete maoí­stas, denunció esa fracción polí­tica, en el peor estallido de violencia antes de los comicios de mañana destinados a elegir una Asamblea Constituyente que puede decidir la abolición de la monarquí­a en este pequeño paí­s del Himalaya.


El lí­der de los maoí­stas, Prachanda, que acusó a elementos de las fuerzas de seguridad de conspirar para minar estos comicios y salvar al dios-rey Gyanndra, llamó a la calma.

«Ahora debemos mostrar moderación y tener elecciones libres y justas», afirmó Prachanda en un comunicado, después de entrevistarse con el primer ministro Girija Prasad Koirala.

Un funcionario habí­a reconocido previamente la muerte de seis maoí­stas cuando la policí­a hizo fuego durante enfrentamientos entre simpatizantes de esa fuerza polí­tica con los del centrista Congreso Nepalí­.

Por otro lado, un candidato de izquierdas habí­a muerto el martes, tiroteado por desconocidos en el distrito de Surkhet, a 360 km al suroeste de Katmandú, mientras la capital y el sur del paí­s, donde reina una fuerte tensión étnica, eran sacudidos por atentados con bombas pequeñas.

Estos comicios marcarán el apogeo de un proceso de paz que puso fin a una década de insurrección maoí­sta, que dejó al menos 13 mil muertos, y desembocará en la creación de una Asamblea Constituyente de 601 bancas que redactará una nueva Constitución y probablemente obligará a abdicar al rey Gyanendra.

Aunque los maoí­stas enviaron a sus efectivos, veteranos de combates en la jungla y las montañas, a los campamentos supervisados por las Naciones Unidas y firmaron la paz, han sido acusados de intimidar a los votantes.

El lí­der maoí­sta Prachanda, un ex maestro cuyo nombre de guerra significa «El Temible», también advirtió al rey que deberá enfrentar «un juicio y un castigo severo» si no abdica tranquilamente.

Los izquierdistas también quieren la partida del prí­ncipe heredero Paras, odiado por su lujoso estilo de vida en uno de los paí­ses más pobres del mundo.

En principio, la nueva Asamblea destituirá a Gyanendra, que subió al trono en 2001 después de que la mayor parte de la familia real fue asesinada a balazos por un prí­ncipe ebrio y drogado.

Sin embargo, algunos polí­ticos que se presentan a estas elecciones contra los maoí­stas son partidarios de conservar una forma simbólica de monarquí­a, para asegurar la neutralidad de un paí­s enclavado entre los dos gigantes asiáticos, India y China.

La campaña se ha visto perturbada por informes de intimidación de parte de los maoí­stas, muchos de los cuales no lograron adaptarse a la vida civil después de pasar años combatiendo.

La ONU trató de tranquilizar a la población, para la cual la democracia es un fenómeno poco conocido, garantizándole que el voto será secreto.

Las principales organizaciones polí­ticas, el centrista Congreso Nepalí­ y el Partido Comunista de Nepal (centro-izquierda, unificado marxista-leninista), podrí­an obtener la mayorí­a de las bancas, según los analistas.