«La calidad nunca es un accidente, siempre es el resultado del esfuerzo inteligente»
John Ruskin
El fiscal Juan Luis Florido nos sorprendió esta semana con sus declaraciones con olor a flores shucas, pretendiendo vernos la cara de babosos, al decir que el caso de la masacre de los diputados salvadoreños y de su conductor, ocurrida en febrero de este año, está aclarada, con el asesinato de cuatro policías dentro de un penal de máxima seguridad, supuestamente reingenierizado por el candidato del partido oficial, Alejandro Giammattei. Como chiste es pésimo, como realidad refleja la podredumbre de nuestro sistema de justicia.
No se supo que los cuatro policías detenidos fueran indagados por un juez, tampoco que se les formara causa por el cuádruple asesinato. Nunca se llamó a declarar oficialmente a Berger ni a las autoridades del Ministerio de Gobernación luego de expresar que el crimen de los diputados estaba ligado al narcotráfico.
Lo que si está ligado es la matanza de los diputados con la ejecución de los policías, pero con un fiscal tan acucioso como florido los guatemaltecos esperaremos sentados para algún día saber quién mato a los diputados, quién ejecutó a los policías y especialmente el por qué, lo que parece a él no interesarle u obedecer a los mismos autores intelectuales.
Si esto hubiera ocurrido en China, no en Guatemala con seguridad el gobierno le hubiera juzgado y condenado a ser ejecutado luego de ser encontrado culpable por negligencia. Una manera muy diplomática de limpiar la casa y luego declararse país en desarrollo. Término que si nos corresponde ante el desprecio de las autoridades por establecer un verdadero sistema de derecho.
La razón más clara por la que muchos guatemaltecos consideran que hacer justicia por su propia mano es correcto. Más cuando el presidente Berger felicitó al conductor de autobús que asesino a un asaltante.
Siguiendo estos sucesos, es probable que hasta las personas que dicen respetar el sistema de justicia hayan pensado asumirla por propia mano ante una eventualidad a su persona o a su familia, pues sino ¿quién podrá salvarnos? Especialmente cuando el grupo de Madres Angustiadas ya no cuenta ni con el apoyo de Adelita quien ahora del otro bando deberá preguntarse en qué está metida si ya no puede protestar ni ha sido capaz de detener la violencia que cada día nos asfixia más.
¿Será que ante las declaraciones de Florido los salvadoreños atenderán la invitación del Inguat a conocer el nuevo aeropuerto?